El Embutidos Lalinense Balonmán Lalín ya sabe lo que es sumar la primera victoria de la temporada. El equipo de Alberto Miguélez se impuso ayer al Inzamac Zamora en el arranque liguero por un marcador de 30-25 que resume el primer partido disputado en el nuevo multiusos Lalín Arena. Al técnico rojinegro, Alberto Miguélez, le tocó ver el choque desde las gradas, cumpliendo así el segundo partido de suspensión que habían decretado en la penúltima jornada de la pasada campaña. Fue David Carbón el que tomó el testigo en un banquillo con ausencias destacadas, pero que fue capaz de ofrecer soluciones para contrarrestar el juego desplegado por el Zamora.
La falta de ritmo de competición, y el carácter propio del primer partido de la Liga se dejaron notar en el Lalín Arena con dos equipos que jugaron a golpes y que fueron aprovechándose mutuamente de los errores del contrario. El encuentro arrancó con un BM Lalín al que le costaba defender pero que tuvo en un gran Durán a su seguro de vida. Con el marcador alternando, el tercer parcial sacó a relucir la falta de intensidad de la defensa del BM Lalín, que llegó al minuto 14 con un 4-8 que inquietaba a los dezanos. Con el ya clásico «A por ellos» entonado de fondo a ritmo de gaita por una charanga, el BM Lalín se centró y puso pausa a su juego, iniciando una serie de contraataques que en apenas tres minutos dieron la vuelta al marcador con un Marco que se volvió letal por el extremo.
Con las tornas cambiadas, y el Lalín marcando la pauta, pero sin abrir brecha en el resultado, en el minuto 26 los rojinegros perdieron a Roberto Álvarez al ser descalificado. Aunque el revés sentó mal al equipo y alteró los ánimos locales, consiguieron centrarse. Al descanso se llegó 14-12 tras polémica con los árbitros por no haber mandado activar el marcador en los últimos segundos del primer tiempo.
Segunda parte
El Embutidos Lalinense regresó a la pista del Arena dormido, y lo pagó caro. La falta de defensa ante un rival enchufado y con un portero entonado hizo que los rojinegros perdiesen su renta y comenzasen a ir a rebufo del rival, más metido en el partido. De nuevo los de Miguélez se veían obligados a remontar el marcador, guiados en esta ocasión por un Roberto Granja que hizo enorme daño al rival. A falta de 15 minutos para el final del partido, y tras unos minutos en los que ambos equipos no encontraban salidas, el Lalín consiguió encaminar el partido. De nada sirvió el tiempo muerto solicitado por el Zamora, puesto que el Lalín templó los nervios y comenzó a jugar con el tempo del partido y el marcador.
Tras el choque, Miguélez destacó la capacidad de sus jugadores para superar los traspiés que fueron encontrando y su pausa a la hora de controlar la diferencia en el marcador. El técnico notó cierta falta de ritmo y que a su equipo le había costado defender al principio, «sobre todo co seu central, aínda que na segunda metade axustamos máis».