Dentro de 20 días Lalín ejercerá como capital estatal del balonmano con la disputa del España-Lituania de la fase clasificatoria para el Europeo de Serbia de 2012, y como el tiempo apremia, comienzan a despejarse, aunque a cuentagotas, las primeras incógnitas respecto al partido. El edil de Deportes de Lalín, Nicolás Varela, hizo público el martes a través de una red social que la entrada para el partido sería gratuita. Desvelaba así a través de internet una de las dudas que reinaba entre los aficionados, aunque generaba otras. Tal y como rezaba el anuncio de Varela, la entrada al Lalín Arena será libre hasta completar aforo, por lo que los seguidores deberán presentarse en la instalación deportiva a la espera de disponer de localidad para ver el partido
Preguntado al respecto, Varela señaló que no se hará ningún reparto previo de entradas, salvo las reservadas para autoridades, responsables de las federaciones y también clubes gallegos. Ya comenzaron a enviarse a todos los clubes de balonmano de la comunidad invitaciones para el evento con ruego de confirmación, por lo que por el momento se desconoce a cuánto ascenderá el número de localidades ocupadas de antemano.
En esa línea, desde la Federación Española se significó que recae en la comisión organizadora del evento la elección de los criterios que rigen tanto el precio de las entradas como el aforo. En ese sentido, desde la Federación se interpreta el enfoque lalinense como una fórmula más para difundir y promocionar el balonmano.
En lo que afecta al aforo del Lalín Arena para el partido, se prevé que se limite a alrededor de 2.000 personas, aunque teóricamente el complejo deportivo admitiría una cifra superior habilitando también los pasillos. «Nos laterais cabe xente de pé, e aínda non falamos coa Federación nese sentido, pero imos deixar o aforo sobre 2.000 persoas», aproximó Varela, que no contempla la posibilidad de que el número de asistentes al encuentro supere el aforo del Lalín Arena, y puedan quedar a las puertas del multiusos algunos seguidores. «Teño estado en partidos da selección en Cangas, e haber ocos libres; ademais, un aficionado da Coruña, que sabe que pode ver o partido pola televisión, pois pode que non se desplace ata Lalín», razonó. Queda también por desvelar a qué hora se abrirán las puertas del pabellón.
El plano económico
La gratuidad de la entrada para el España-Lituania viene a refrendar el enfoque del partido como el acto inaugural del Lalín Arena, un aspecto que pesó a la hora de desechar posibilidades como la de una entrada simbólica. Queda todavía por concretar quién gestionará el bar que se instalará en el multiusos.
Respecto a la financiación del partido, y la fórmula para reunir los 25.000 euros de canon, y los posibles gastos a mayores, el titular de Deportes del Concello de Lalín apuntó a patrocinadores, publicidad y ayudas como las líneas a seguir.
Labores de intendencia
A la hora de desarrollar todo lo que requiere el España-Lituania, Nicolás Varela tiene muy claro que «vai ser o acto deportivo máis importante que se celebrou nunca en Lalín, xa que falamos dun encontro dunha selección española absoluta». Con esa idea sobre la mesa, el Concello tiene entre manos la elaboración de un operativo de seguridad para el día del partido, así como otras labores de intendencia, como puede ser el alojamiento de las selecciones. En un primer momento se había apuntado a Silleda como la localidad en la que se hospedarían las dos expediciones, pero este extremo puede que todavía no esté cerrado. Lo que ya es seguro es que los árbitros y el delegado federativo se hospedarán en Lalín. En el aire está si habrá alguna actividad que acompañe la disputa del partido, así como la decisión respecto a si se optará por comida o cena oficial.
La propia relevancia del partido, clasificatorio para el Europeo de 2012, se presume más que suficiente como para no tener que realizar una campaña específica de publicidad, aunque en Lalín sí se distribuirá cartelería. Precisamente respecto al cartel que acompañaba el anuncio del partido y su gratuidad en la red social Facebook, Nicolás Varela concretó que se trataba de «unha maqueta pa ir meténdolle ganas á xente».