La derrota en Gijón parece haber sentenciado las opciones de fase de ascenso del Embutidos Lalinense Balonmán Lalín. A pesar de que matemáticamente el equipo de Alberto Miguélez todavía estaría en condiciones de acceder a la segunda plaza, lo cierto es que muy bien tendría que dársele el final de temporada a los rojinegros, y muy mal a Xiria y Chapela, o incluso al Lavadores, que ahora mismo son los equipos mejor posicionados.
La pasada jornada de Liga, más allá de la derrota del Lalín ante el Medicentro Gijón, dejó el pinchazo del Chapela 32-33 ante el OAR Coruña. El conjunto herculino está yendo a más en la Liga, y ahora mismo ocupa la sexta plaza de la clasificación empatado a 26 puntos con los de Miguélez, que siguen quintos.
La victoria del Xiria en Porriño ha dado a los de Carballo el que puede ser el espaldarazo definitivo para que firmen la sorpresa de la temporada: su presencia en una fase de ascenso. El conjunto coruñés ha alcanzado los 30 puntos y aventaja por lo tanto en dos al Chapela, que será el próximo rival del Embutidos en un encuentro del que a buen seguro estarán pendientes más de un equipo.
El Lavadores se presenta como otra de las revelaciones de la temporada en Nacional al defender la cuarta plaza con 27 puntos, a pesar de ser un equipo recién ascendido.
Más sorpresas
Siguiendo con las sorpresas, aunque en este caso negativas, surge el caso del Novás. El equipo de O Rosal, uno de los grandes, se ha atragantado esta temporada, y los 24 puntos que ha sumado le mantienen en una discreta séptima plaza, un lugar lejano a los puestos de fase por los que tradicionalmente peleaba. El Novás empató la pasada jornada a 31 en casa ante el Zamora.
Mientras hay vida...
Aunque la presencia del BM Lalín en la fase de ascenso es más que remota, Alberto Miguélez sostiene que todavía no está todo el pescado vendido, y que «mentres haxa puntos, hai que competir; imos seguir pelexando ata o final». El preparador reconoce que la situación es muy complicada «e nós teríamos que gañar todos os partidos que quedan, que aínda que temos por diante a Chapela, é posible, e logo, esperar pinchazos».
«O que non podemos permitirnos é tirar a toalla; a nosa obriga é tentalo ata o final, e está claro que esta situación era posible», concluyó.