Los expertos entienden que algunos Estados firmantes de Kioto han sido generosos en exceso repartiendo cuotas gratuitas y que en el mercado la oferta supera a la demanda. Por eso, la tonelada de gas CO2 está casi regalada.
También por esto las emisiones reales no bajan. Por ejemplo, en el 2006, las industrias gallegas tenían asignada una cuota total de 13,7 millones, pero emitieron 16,5 millones de toneladas, según datos oficiales del Ministerio de Medio Ambiente. Ese desfase (2,7 millones) se podría comprar hoy en el mercado por 189.000 euros. Contaminar casi no cuesta nada.
En el siguiente plan de asignaciones aparecen y desaparecen industrias con respecto al anterior. Así, en el documento que regirá del 2008 al 2012 sí se estrenan la central de ciclo combinado de Endesa en As Pontes y la planta de gas de Reganosa, que en el 2008 ya estará en operación comercial. Además aparece por primera vez la central de gas de Sabón.
No aparece, por el tipo de combustible utilizado y por funcionar en momentos críticos, la central de fuel, que está previsto su cierre para el 2016.
En el PNA 2005-2007 aparecían 45 instalaciones gallegas; en el nuevo, 59.