Solicitan más suelo público, fomento de la rehabilitación y el alquiler, y más pisos de protección pública
24 mar 2008 . Actualizado a las 02:17 h.El sector del ladrillo pedirá al Gobierno en los próximos días nuevas y más intensas desgravaciones a la compra de vivienda. El objetivo, dar aire a un sector estratégico que se enfrenta un cambio de ciclo muy brusco. Entre las demandas se incluirá la de implantar ventajas fiscales a la adquisición de segundas residencias, de forma que puedan volver a desgravar como ocurrió hasta los años noventa. Empresas y sindicatos, incluso, piensan reclamar un plan de choque de medidas urgentes para mantener la actividad de un negocio que emplea a más del 15% de la población activa. La Asociación de Promotores y Constructores de España (APCE) recuerda que «la marcha de la economía en general y del consumo va en paralelo a la vivienda».
Los últimos datos no dejan lugar a dudas. El sector residencial atraviesa uno de sus peores momentos de la historia, si no el peor. La desaceleración, que comenzó a mediados del 2006 de una manera controlada, se ha convertido en una caída a plomo y sin remedio por culpa de las hipotecas basura de Estados Unidos y sus todavía impredecibles consecuencias. Los visados, la construcción de pisos, las ventas y todo el empleo vinculado a la vivienda retroceden sin remedio mientras los bancos ponen cada vez más problemas para conceder créditos, tanto a particulares como a promotores. Se ha extendido el miedo a los impagos y todo lo que suene a inmobiliario se mira con recelo.
El problema es que, por primera vez, la construcción se enfrenta a una crisis sin que la política monetaria esté en manos del Gobierno. Las Administraciones solo tienen como armas las palancas tributarias y de gasto público. Así las cosas, el sector cree que la solución pasa, entre otras cosas, por medidas que estimulen la demanda. Una reacción contra-cíclica. Y nada mejor para eso que facilitar la compra tanto de los pisos nuevos como de los segunda mano, que quedan a miles sin vender en el mercado.
Sector estratégico
«No podemos pasar de un máximo a un mínimo de la producción en solo un año y medio; somos conscientes de que el ritmo era insostenible, pero hay mucho empleo en juego», afirma Julio Gil, gerente de la Asociación de Promotores y Constructores de España. Los promotores -que aseguran que también pondrán de su parte- recuerdan que se trata de «un sector estratégico», todo un «motor de la economía, que a todos conviene que vaya bien». La patronal recuerda que una caída sin remedio contraería la demanda interna, y pondría en un brete no solo las cuentas de las empresas, sino las de todas las Administraciones: la estatal, las de las autonomías y las de los ayuntamientos. Junto a unas mayores ventajas fiscales a la compra, subraya el responsable de APCE, el antídoto a la crisis pasa también por un mayor fomento de la rehabilitación, el alquiler, la vivienda protegida y la aportación de suelos públicos para la construcción de casas con algún grado de protección.
La preocupación no es exclusiva de las empresas. Los sindicatos también son conscientes y conocedores del problema. De hecho, ya han reclamado que el plan esbozado por el Gobierno para dar salida a los parados de la construcción (cuyo desarrollo aún ha de pactarse con los agentes sociales) sea general y permanente, y no flor de un día.