Están sujetos a los peores empleos y son los protagonistas de la economía sumergida.
06 abr 2008 . Actualizado a las 16:00 h.La Unión Europea (UE) advierte de que los trabajadores inmigrantes padecen «doble» riesgo laboral y son los más vulnerables a los accidentes. Por un lado, están sujetos a los peores empleos con salarios bajos, horarios prolongados, inestabilidad, esfuerzos físicos o monótonos, etc., situación que abordan en la mayoría de los casos en soledad y con tristeza. Y, por otro, se han consolidado protagonistas de la economía sumergida con 5,5 millones de trabajadores sin papeles, ocupados en colocaciones no declaradas, lo que les impide acogerse a los mecanismo de protección establecidos legalmente. La conclusión figura en uno de los últimos informes de la Agencia Europea de Seguridad y Salud Laboral, con sede en Bilbao.
El estudio «no aporta grandes novedades», aseguran sus autores, porque supone una recopilación de los trabajos realizados, pero sí permite ordenar y profundizar en la posición laboral que atraviesan «los llegados de fuera». Además abre los ojos ante uno de los grandes fenómenos de los últimos años con consecuencias para el futuro a corto y medio plazo. Recientemente, la Fundación Empresa y Sociedad publicó un informe que reflejaba que España necesitará, al menos, dos millones más de trabajadores extranjeros hasta el año 2020, si desea mantener su actividad económica y nivel de vida.
Menos de 30.000 euros
El texto de la Agencia no ofrece medidas para remediar la situación. Se limita a instar a los Estados miembros a ser conscientes del problema. De momento, el organismo europeo pretende incluir al colectivo de inmigrantes, ya sean pertenecientes a la UE o ajenos a la comunidad, entre los grupos prioritarios de ciudadanos que requieren especial protección.
La puesta en común de los análisis elaborados por los distintos países ha corrido a cargo del Observatorio de Riesgos Laborales, creado por la Agencia hace unos años y dirigido por el español, Eusebio Rial. Uno de sus más estrechos colaboradores, el también español Xabier Irastorza informó que el proyecto de recopilación se inició en 2006 y su coste no ha llegado a los 30.000 euros.
Distinta situación
Irastorza explicó que antes de alcanzar la conclusión del doble riesgo, el equipo de investigación averiguó que dentro de los inmigrantes «hay situaciones muy dispersas». «Por ejemplo, existen los extranjeros muy cualificados que vienen con contrato laboral sin problemas, con buenos sueldos, y cuentan con la posibilidad de traerse sin dificultad a su familia», añadió.
Pero también con conocimientos específicos e importantes llegan otros inmigrantes que se tienen que poner a trabajar en empleos para los que están sobrecualificados. «En España creemos que esta situación llega al 50% de los extranjeros. Se trata del mayor porcentaje de la UE», resaltó Irastorza. En estos casos, «una vez cubiertas las primeras necesidades» surge la frustración y la sensación de tristeza. En consecuencia, a las malas condiciones de trabajo se une la soledad y la pena, lo que origina mayor estrés y angustia laboral.
«Luego están los inmigrantes que se ven obligados a realizar las peores tareas de cualquier sector», continuó Irastorza. Se ocupan de actividades que los autóctonos rechazan en todas las áreas productivas. En este caso, la situación del extranjero empeora por falta de conocimiento o de dominio del idioma y de la legislación vigente, carencia denominada «discriminación sutil».
Por último, Irastorza señaló que están los inmigrantes indocumentados, «que no se sabe cuántos son ni se conocen las auténticas calamidades en las que viven». Las previsiones indican que en la UE este colectivo ronda los 5,5 millones de extranjeros, aunque la cifra -al carecer de estadísticas oficiales- puede ser bastante mayor. «Está considerado como el grupo más desprotegido.
Predomina en la construcción, la agricultura y en el servicio doméstico», concluyó.