El plan de rescate financiero de Bush disparará el próximo año la deuda de EE. UU. al 70% del PIB
ECONOMÍA
Después de una semana de incertidumbre, que culminó finalmente con la aprobación del plan Bush de rescate del sector financiero, parece que no todo son buenas noticias para la economía norteamericana. Según las estimaciones de la agencia Fitch, de calificación de riesgo, la aplicación del citado programa se traducirá en un aumento de la deuda del país hasta el 70% de su producto interior bruto (PIB).
El plan, que supondrá una inversión de 700.000 millones de dólares en la compra de los activos tóxicos del sistema financiero, sacándolo así de la crítica situación en la que se halla, «no cambia» la calificación de triple A atribuida a Estados Unidos y que evalúa la perspectiva de reembolso de la deuda. Pero, en cualquier caso, si todos los compromisos fiscales anunciados en el programa liderado por el presidente Bush se materializan de aquí hasta finales del 2009, «la deuda del Gobierno superará el 70% del PIB por primera vez desde los años cincuenta», advierte la agencia.
Según Fitch, esto hará que Estados Unidos se convierta el próximo año probablemente en el país más endeudado de los que cuentan con la calificación triple A, colocándose por delante de Francia y Alemania.
Por su parte, George W. Bush, como ya hizo durante toda esta semana -antes e inmediatamente después de la aprobación del plan de rescate-, volvió ayer a defender la necesidad e idoneidad de este, afirmando que su aplicación se realizará con la máxima cautela.
Durante su discurso semanal de radio, el presidente estadounidense aseguró que la legislación a la que los congresistas dieron luz verde el viernes ofrece las herramientas necesarias para afrontar el «problema fundamental» de la crisis financiera. «Tomando todas estas medidas podemos comenzar a poner nuestra economía en camino hacia la recuperación», subrayó Bush, aunque también recordó a la opinión pública que los efectos del paquete de medidas no será inmediato, por lo que habrá que esperar un tiempo para percibirlas.
Del mismo modo, Bush aseguró a los norteamericanos que, aunque las medidas se tomarán lo más rápidamente posible, el plan irá a un ritmo «cauteloso» para asegurar a la ciudadanía que se ha invertido «prudentemente» el dinero.
Reacciones
En el panorama internacional, el salvavidas ha sido acogido con optimismo generalizado. Así, por ejemplo, el Banco Central de China confiaba ayer en que el programa «saque de apuros» a las entidades amenazadas por la crisis y sirva para «estabilizar a EE.?UU. y los mercados financieros globales».
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, también destacó el «deber de Estados Unidos con la economía mundial» de aprobar las medidas para «afrontar la crisis». La ministra francesa de Economía y el presidente de la Comisión Europea se pronunciaron en idéntico sentido.