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Citigroup, dueño de Audasa, se divide para sobrevivir, y el Gobierno de EE. UU. rescata el Bank of America

Agencias.

ECONOMÍA

17 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Nuevo terremoto financiero en Estados Unidos. Cuando parecía que las agitadas aguas del sector financiero del otro lado del Atlántico comenzaban a volver lentamente a su cauce, los dos mayores bancos del país, Citigroup y Bank of America, asestaron ayer sendos y duros golpes a los cimientos del sistema. El primero de ellos, nuevo propietario de las autopistas gallegas, dio la razón a los rumores que llevaban días circulando por el mercado y confirmó su desmantelamiento. La entidad se dividirá en dos, Citicorp y Citi Holdings, en un nuevo y desesperado intento para evitar su desaparición. El anuncio coincidió con la publicación de unas pérdidas de 8.290 millones de dólares (unos 6.250 millones de euros) en el cuarto trimestre del 2008, muy superiores a las previstas, como colofón al peor año de la historia del que fue el mayor banco del mundo hasta hace poco.

Con su división en dos, Citigroup pone fin al modelo de banca universal. Citicorp integrará los negocios de banca privada y de inversión, banca de consumo y tarjetas de crédito, mientras que Citi Holdings aglutinará los negocios no estratégicos y de mayor riesgo del grupo. La escisión «respaldará nuestros esfuerzos por mejorar los balances y simplificar la organización, lo que nos permitirá ofrecer un mejor servicio a nuestros clientes», aseguró en un comunicado el máximo responsable de la entidad, Vikram Pandit.

Mientras tanto, el Bank of America, el mayor banco del país, recibirá por segunda vez ayudas públicas en forma de inyecciones de capital y garantías por parte del Gobierno de Estados Unidos. Sin contar las pérdidas derivadas de la compra del banco de inversión Merrill Lynch, el Bank of America registró durante el último trimestre del 2008 unos números rojos de 2.400 millones de dólares. Merrill Lynch, por su parte, arrojó pérdidas de 15.400 millones de dólares. Para respaldar a la entidad, el Estado utilizará 20.000 millones de dólares del plan de rescate del sector financiero y recibirá como contrapartida acciones preferentes del banco. Este último, por su parte, tendrá que pagar unos intereses del 8%. El Gobierno estadounidense avalará también activos tóxicos por valor de 118.000 millones de dólares provenientes de Merrill Lynch.

El Bank of America anunció la adquisición de Merrill el pasado 15 de septiembre, el mismo día en que se produjo la quiebra de Lehman Brothers, y, según The Wall Street Journal , amenazaba ahora con cancelar la operación si no recibía la ayuda del Estado.