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Decenas de camiones traen de Francia lácteos ya transformados

La Voz

ECONOMÍA

La planta que tiene el grupo galo 3A cerca de Pau es uno de los puntos en los que cargan las partidas

25 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Decenas de camiones con matrícula española aguardan en el párking de la factoría que el grupo francés 3A tiene en el polígono industrial de Induspal, en Lescar, cerca de Pau (Francia). Ahí también espera una cisterna del grupo Cobreros, una empresa láctea de Zamora con servicio de transporte, y varios vehículos pesados más con matrículas francesas y portuguesas. Aguardan turno para desplazarse hasta el hangar de carga. Transportes españoles partieron desde ahí el miércoles repletos de productos lácteos ya envasados en Francia. El bajo precio de la leche en Galicia, que llegó a conseguirse a 0,16 euros, diez céntimos menos del precio normal que están pagando en este momento, ha reducido el volumen de importación de leche líquida y en polvo para transformar o envasar en España. Pero la falta de una cuota de producción suficiente para cubrir el volumen de consumo hace que la importación de producto envasado o transformado en quesos o yogures se mantenga o incluso aumente.

Lo que ocurre en Lescar sucede en otros muchos puntos de Francia. La planta de 3A es uno de los vértices de un triángulo en el que los camiones españoles cargan ya desde hace años prácticamente todas las semanas mercancía láctea con destino a España. «A veces íbamos a Entremont, en Montabau, pero también a otra factoría que hay en Toulouse, o Pau», comenta un camionero castellano que durante años realizó la conocida como ruta de la leche francesa.

Las importaciones continúan, pero no del mismo modo que lo hacían en los últimos meses del año anterior. «Lo que está ocurriendo -corrobora el director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) , Luis Calabozo,- es que están trayendo producto terminado, con lo que el valor añadido de la leche queda en Francia o en Alemania». En el 2008, según los datos que maneja la Fenil, España importó en quesos el equivalente a 1,8 millones de toneladas de leche, cuando la cuota de producción que tiene es de unos seis millones de toneladas. Un camión de quesos equivale a diez cisternas de leche líquida.

Ese escenario es también el que describen fuentes de Import?/?Export Milk, empresa importadora catalana que tiene como clientes a industrias españolas de transformación. «Las importaciones de leche en polvo están bajando porque las empresas españolas de empaquetado están viendo como las marcas que producen pierden espacio en los supermercados, un territorio que está ganando la marca blanca. Ese nuevo espacio lo cubren los extranjeros», comentan.

Negociaciones

Fuentes cercanas al Ministerio de Medio Rural aseguran que ese departamento tiene constancia de la existencia de negociaciones entre ciertas distribuidoras y la industria francesa para importar 200.000 cartones de leche ya envasada con marca blanca. Fuentes de una de esas superficies comentan que sus proveedores son españoles y que solo un porcentaje muy pequeño de leche se compra fuera.

El argumento que explica la preferencia de la marca blanca por parte de los consumidores es, en un contexto de económico complicado como el actual, el salto de precios que hay entre esos productos y los que llevan el sello de las industrias lácteas. «El consumidor no puede pagar los precios de marcas tradicionales cuando al lado tiene leche prácticamente a la mitad de precio», añaden desde la compañía importadora citada anteriormente. Por eso, matizan, la industria española que tiene marca blanca puede aguantar, pero para la que no la tiene es complicado.

La diferencia de precio entre los productos de la distribución y las marcas tradicionales llega a duplicarse en algunos casos. El abanico en abril, según un estudio de Facua, era de entre 54 y 99 céntimos. Eso ha llevado a agrupaciones como Unións Agrarias a denunciar a las distribuidoras ante Competencia por aumentar el precio de las primeras marcas para promover la compra de marca blanca.