El Instituto Español de Oceanografía (IEO) de Vigo dispone de un catálogo de casi una decena de especies que tratan de abrirse paso en un ambiente artificial, aunque se intenta que sea lo más parecido al suyo natural. Las últimas incorporaciones han sido tres: la merluza, el besugo y, más recientemente, el mero, cuya captura salvaje es escasa ya. De este modo, se pretende recuperar para el mercado comercial un tipo de pez de sabor exquisito y que ha ido agotando sus reservas por el exceso de pesca en muchos mares del mundo.
En el IEO de Vigo tienen una docena de ejemplares aclimatándose desde hace un par de meses, y los investigadores están estudiando sus parámetros y comportamientos para iniciar, si es posible, su domesticación. Este es el paso previo para conseguir la producción a escala industrial de la especie.
También han sido investigadores vigueses los que han logrado, por primera vez, y de forma estable, la generación pionera de merluzas criadas en cautividad. Este caso de reproducción espontánea de merluza europea (la más biológicamente compleja y caprichosa dentro de la especie) se ha producido en una piscina de unos 20 metros cuadrados, con unos 10.000 litros de agua salada en su interior. Esta puesta de huevos fertilizados procede del stock de reproductores constituido a partir de las capturas realizadas durante las campañas oceanográficas de los años 2007 y 2008 en la propia ría de Vigo.
Se trata, por tanto, de una hazaña científica, que hace posible avanzar hacia el desarrollo en España de la acuicultura de una importante especie pesquera. Las merluzas, una vez capturadas con artes especiales y sometidas a condiciones de transporte muy rigurosas, fueron alimentadas primero con peces vivos y después con pescado fresco y congelado, hasta que, finalmente, aceptaron pienso elaborado en las propias instalaciones del IEO. Este primer paso permitió establecer un stock de reproductores aclimatados a la piscina. La metodología utilizada para conseguirlo se describió en un artículo científico que será publicado en la revista Aquaculture Research .
En esta primera puesta, el número de huevos fertilizados, siempre según el IEO, ha sido pequeño, «pero suficiente» para realizar un detallado seguimiento del desarrollo embrionario y de los primeros estadios del desarrollo larvario de esta especie. Con las posibles futuras puestas se pretende completar el estudio de la fase de cultivo larvario y preengorde para poder evaluar la viabilidad del cultivo intensivo de la merluza europea.
Estos dos notables logros científicos fueron precedidos por otro éxito mundial, conseguido en el 2001 y publicado en la revista científica Aquaculture en el 2004: el cierre del ciclo reproductivo del pulpo en laboratorio de Vigo. Ahora están atascados en la evolución de la fase de engorde de las larvas de dos meses en adelante, porque aunque se consigue, el grado de mortandad es muy alto.
Un proyecto experimental para la cría y desarrollo de la centolla gallega en cautividad y su ulterior destino para la crianza industrial y su llegada al mercado en cantidades suficientes, ha sido abandonado de golpe por el IEO por el tijeretazo de los Presupuestos Generales del Estado a los planes nuevos de I+D+i en temas marinos. El plan es novedoso en cuanto a su metodología, aunque no en cuanto a que se haya intentado antes la crianza en cautividad. El proyecto consistía en engordar centolla en granjas ubicadas en bateas en Cangas, que se retomará en el 2011.