Suecos y daneses temen las huelgas y cuestionan la capacidad de algún astillero para terminar los pedidos
04 feb 2010 . Actualizado a las 11:49 h.La industria naval de la ría de Vigo se enfrenta a un serio problema de imagen que está agravando todavía más las consecuencias de la caída mundial de contrataciones de buques.
Hace ya año y medio que los astilleros del sur de Galicia no firman ningún pedido nuevo y ahora se confirma que la culpa no es solo de la crisis. El miedo a las huelgas y la inseguridad de que la parte contratada no sea capaz de cumplir con los plazos de entrega son dos argumentos planteados estos días por al menos tres compañías armadoras nórdicas en los despachos de más de un astillero.
Aunque los constructores vigueses no dan la batalla por perdida y confían en cerrar algún pedido en este primer semestre del año, la falta de confianza en un sector prestigiado en la actividad off shore y oceanográfica es un problema tan grave que incluso asusta a los mismos sindicatos, que la pasada primavera protagonizaron una de las huelgas más largas y de peores consecuencias que ha sufrido el naval de la ría de Vigo. Los propios líderes laborales están siendo testigos del miedo manifestado por los armadores suecos y daneses para asumir la construcción de los cuatro buques que quedan en la cartera de pedidos del astillero M. Cíes, que se encuentra actualmente en concurso de acreedores. «Estamos trabajando en una ofensiva conjunta con los acreedores y el clúster del naval para que esos 4 barcos se hagan, pero tenemos serios problemas para convencer a los armadores de que es factible acabar esos barcos en Vigo», afirma un líder sindical inmerso en la negociación.
Imagen dañada
Tanto CC.?OO. como UGT -sindicatos que, junto con la CIG, paralizaron el sector durante más de 30 días para lograr un incremento salarial del 5% - reconocen que es necesario «generar expectativas de confianza» en los astilleros de Vigo y recuperar una imagen deteriorada por la conflictividad. De lo contrario, son conscientes de que cada vez serán menos los trabajadores que se podrán beneficiar de la subida de sueldo, ya que desde entonces 1.500 empleados se han ido al paro y, si no llegan nuevos encargos, la cifra irá en aumento irremediablemente. La CIG no solo no se desmarca de este discurso, sino que esta misma semana se ha adherido a nuevas movilizaciones protagonizadas por trabajadores parados del naval.