Las distintas patronales del sector del automóvil reclamaron ayer al Gobierno una solución para la desagradable sorpresa que se han llevado los miles de beneficiarios de las ayudas públicas del Plan 2000E. Y es que los 1.000 euros de las Administraciones (500 del Estado y otros tantos de las autonomías) tributan -como cualquier otra subvención- en el IRPF. La automoción ha aprovechado para pedir una vez más la prórroga del programa para evitar un pésimo segundo semestre, cuando se acaben los 100 millones presupuestados para el 2010 y suba el IVA.
La ley lo dice claramente, este tipo de ayudas públicas, como las de la renta básica de emancipación (los 210 euros al mes para fomentar el alquiler entre los jóvenes), se han de incluir en la base imponible del IRPF y tributan como ingresos patrimoniales, a los que se aplicará un tipo que va desde el 24% al 43%. Los Técnicos de Hacienda (Gestha) calculan que los 250.000 beneficiarios del Plan 2000E pagarán al fisco una media de 240 euros, lo que supone un ingreso total cercano a los 50 millones.
La cuestión es que el Ministerio de Industria y el sector automovilístico se han olvidado de recordar esa obligación de tributar a la hora de publicitar las subvenciones. La alarma solo ha saltado al acercarse la campaña de la renta. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) destaca que se ha ofrecido una información «parcial» debido a la «improvisación» del Gobierno.
Las patronales de fabricantes (Anfac) e importadores (Aniacam) subrayaron que los 1.000 euros que descuenta el fabricante no tributan, al ser considerados como una promoción. Y respecto a los 1.000 euros que sí pagan IRPF, se mostraron confiadas en que «se solucione el problema planteado, para que una medida que ha tenido efectos positivos sobre la producción, los ingresos fiscales y el empleo no se vea empañada».