El Gobierno se reserva intervenir para evitar que el recibo de la luz no suba un 10% a partir de enero

M. Á. R. REDACCIÓN/LA VOZ.

ECONOMÍA

Salgado aclaró en el Congreso que el Gobierno «aún no ha decidido nada» sobre cuál será la subida del recibo.

17 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La última subasta energética celebrada el martes ha vuelto a trastocar los planes del Gobierno. El Ministerio de Industria había congelado su parte del recibo de la luz (casi un 50%) para amortiguar la subida de la otra mitad, que sale de la subasta del operador eléctrico. El resultado final de esta puja reflejó un incremento del 21% en los precios, lo que traducido a la factura que tendrían que pagar desde enero los 27 millones de hogares y pymes españolas acogidos a la tarifa de último recurso (TUR), la única regulada por el Gobierno, significaba un aumento del 9,9%.

La situación ha convulsionado a la opinión pública, ya que se trataría de un incremento histórico, el mayor de la última década, con la crisis en un punto álgido, y con otra subida importante prevista en las tarifas del gas.

Este calambrazo al bolsillo de los contribuyentes llegaría además en plena negociación del pacto energético entre el PP y el PSOE, unas conversaciones rotas con el ministro Sebastián, con quien los populares se niegan a seguir discutiendo, y que Zapatero trata de retomar ahora sentando a la mesa a su vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado. El pacto debe cerrar las nuevas primas a las renovables, la salida al déficit tarifario o el futuro de la energía nuclear en España, entre otros polémicos asuntos.

En esta tesitura, la propia Salgado se encargó de parar las críticas. La vicepresidenta aclaró en el Congreso que el Gobierno «aún no ha decidido nada» sobre cuál será la subida del recibo de la luz en lo que respecta a la tarifa de último recurso. «Habrá que tomar una decisión a la vista de este incremento en el término de energía», destacó Salgado.

Todo lo contrario opina la la Comisión Nacional de la Energía. Censura la propuesta del Ministerio de Industria porque, pese a que contemplan un fuerte incremento del precio final en el coste de la luz, no contribuye, sino todo lo contrario, a rebajar el déficit energético.