El ex portavoz tira la toalla ante la renovación impuesta por Rajoy en el Congreso y ficha como consejero de Telefónica
30 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Fue el primero en renunciar al cargo y ha sido el primero en dejar la política. Eduardo Zaplana se ha convertido en el símbolo del desmoronamiento de la vieja guardia del Grupo Popular. Sabedor de que ni su estilo ni su ideario tienen cabida en el nuevo PP diseñado por Rajoy, Zaplana anunció ayer que abandona su escaño para fichar como delegado de Telefónica para Europa. «Hoy se ha acabado una etapa», admitió él mismo, consciente del simbolismo que encierra su gesto, más allá de su peripecia personal.
El ex portavoz parlamentario comunicó su decisión a Rajoy por teléfono el mismo día en el que el presidente del PP hacía público el reparto de cargos en el Congreso, del que, como estaba previsto, han sido apartados los que colaboraron con Zaplana. Esta última circunstancia es la que le ha llevado a tirar la toalla, pese a que en un principio pensó seguir influyendo en el partido aunque fuera sin cargo.
Fiel a su estilo, el ex ministro de Trabajo se despidió ayer con la más amplia de sus sonrisas y aseguró que ha hecho todo lo que estaba en su mano y que espera tener en su nueva etapa en la empresa «el mismo éxito» que, a su juicio, ha tenido en la política. «Creo que es lo mejor para mí y para el partido en este momento y por eso he aceptado», explicó Zaplana ante los periodistas. El ex portavoz popular había recibido varias ofertas de trabajo de la empresa privada, incluso en la legislatura pasada, y, aunque en principio dijo que en este ejercicio sería un «diputado raso», finalmente ha optado por la que le hizo el presidente de Telefónica, César Alierta. A partir de ahora dependerá directamente del presidente de la compañía y será consejero de Telefónica O2 Europa y de Telefónica O2 República Checa, con un sueldo que superará los 500.000 euros anuales. Sin embargo, Zaplana no quiso cerrarse las puertas a una vuelta a la política tras las elecciones del 2012. «No hay nadie en la vida que pueda asegurar con rotundidad qué va a pasar dentro de cuatro años», explicó.
El líder del PP, Mariano Rajoy, estuvo también cortés en la despedida y afirmó que Zaplana ha sido un «extraordinario» portavoz. Su sustituta, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que el nuevo destino de Zaplana es «un trabajo muy interesante, lo va a hacer muy bien». En cambio, Esperanza Aguirre calificó de «muy mala noticia» la marcha de Zaplana. Aseguró que lo lamenta «profundamente» porque «España no está sobrada de personas con su edad, experiencia y valía en el mundo de la política», en lo que se interpretó como una crítica a la juventud e inexperiencia del nuevo equipo parlamentario. El presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijoo, agradeció a Zaplana su «coraje» y destacó como positivo el hecho de que empresas privadas «hagan ofertas de trabajo importantes» a dirigentes del PP. Aunque ayer recibió palmadas cariñosas de muchos socialistas, incluido José Blanco, Alfonso Guerra le acusó de haberse servido de su cargo para luego escoger «el camino del dinero».