El Gobierno y el PSOE defienden al magistrado porque su iniciativa busca «cerrar heridas» del pasado
ESPAÑA
Gobierno y PSOE salieron ayer en defensa del juez Baltasar Garzón ante las críticas del PP y de sectores de la judicatura por su solicitud de información a distintos estamentos sobre los fusilamientos y desaparecidos durante la Guerra Civil y el franquismo. El ministro del Interior sostuvo que el juez no trata de reabrir heridas con su investigación, como dijo Rajoy, «sino, por el contrario, de cerrarlas».
Alfredo Pérez Rubalcaba consideró que el paso dado por Garzón es «bastante sensato» y mostró su perplejidad por el hecho de que pueda «molestar» a alguien que se intente esclarecer lo que pasó con las víctimas republicanas en la Guerra Civil y con los represaliados por la dictadura. «No entiendo -dijo el ministro- que tantos años después nos preocupe que una persona busque a su padre o a su madre para enterrarlo».
El secretario de Política Municipal del PSOE, Antonio Hernando, tachó de «absolutamente injustas y desmedidas» las críticas vertidas hacia el juez, cuando el único objetivo de su investigación es satisfacer la demanda de muchas asociaciones y familiares que solo quieren determinar «dónde están enterrados» sus deudos, sin reclamar «ninguna otra contraprestación». También se mostró disconforme con las descalificaciones al magistrado el portavoz de Justicia del PNV, Emilio Olabarría, quien lamentó que hayan sido «tan virulentas y brutales» cuando su finalidad es determinar si es competente para abrir una investigación judicial.
Las palabras más duras
El PP, una vez que Rajoy sentó la postura del partido sobre este asunto, no se desvió de ese registro, y evitó alimentar nuevas polémicas. En ese sentido, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, pidió «hablar de futuro», fijar la vista en «el horizonte» y dar «soluciones» a los problemas de hoy de los ciudadanos. Las palabras más duras vinieron del vocal del Consejo General del Poder Judicial José Luis Requero, que consideró que el comportamiento del magistrado «no es serio», porque pretende abrir una investigación monumental sobre el franquismo y la Guerra Civil mientras tiene asuntos paralizados en su juzgado desde hace dos años.