Interior cree que es posible que el 2009 acabe con menos de dos mil muertos en las carreteras
23 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Limitar a 30 kilómetros por hora la velocidad en el 80% de las vías urbanas. Ese es el objetivo de la Dirección General de Tráfico (DGT), que firmará un convenio con la Federación Española de Municipios y Provincias para reducir la siniestralidad en las ciudades. Así lo explicó ayer en Gijón la directora del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de Tráfico, Ana Ferrer, en la inauguración del primer Encuentro de Ciudades para la Seguridad Vial.
Según Ferrer, Tráfico pretende que los ayuntamientos se impliquen de forma decidida en el tema de la seguridad vial. Para lograrlo, se quiere promover la elaboración de planes de movilidad segura en los municipios e incluso una ordenanza municipal que les permita acometer medidas urbanísticas que acompañen a la limitación de velocidad, como elevar algunos cruces o señalizar zonas de riesgo para los peatones.
Ferrer explicó que «es en las calles de barrio» donde se producen más atropellos, ya que «la gente va más relajada», y que por tanto estas son las más susceptibles de convertirse en «zonas 30». «La calle no es para el vehículo que va transitando, sino de los ciudadanos, de los peatones, de los que andan, y ahí el vehículo tiene que saber que es el último de la fila», dijo Ferrer.
Menos de dos mil muertos
Durante el encuentro, el subsecretario de Interior, Justo Zambrana, anunció que es posible que el 2009 se cierre con una de las cifras de siniestralidad en carretera más bajas de los últimos años: menos de dos mil muertos. De producirse este descenso, España se situaría a la cabeza de la UE en la reducción de accidentes de tráfico.
Zambrana atribuyó la reducción del número de accidentes mortales a las medidas adoptadas por la Administración, y sobre todo, «al cambio cultural» que a su juicio se ha producido en España, que incluye «un cambio de mentalidad en los conductores», cada día más conscientes de la importancia de la seguridad cuando se sientan al volante.
No obstante, ahora la preocupación es la siniestralidad urbana. De momento, desde que comenzó el 2009 y hasta las cero horas de ayer, habían perdido la vida en las carreteras 1.570 personas, 200 menos que en el mismo período del año anterior. Sin embargo, el descenso de la mortalidad en las ciudades es más lento, tal y como reconoció Zambrana. El año pasado murieron en las ciudades 634 personas en 49.000 accidentes, en los que sufrieron heridas de cierta gravedad otras 5.000 personas. Además, el 80% de los fallecidos eran peatones y motoristas. Con el objetivo de proteger a estas víctimas, las más vulnerables, la DGT pretende consensuar planes para una viabilidad segura, «para lo que los ayuntamientos recibirán aportaciones técnicas y económicas», explicó por su parte la directora del citado observatorio.
Zambrana, que se refirió a los peatones como los más débiles, apostó por los denominados «derechos de cuarta generación». Así, tras el logro de los civiles, los políticos y los sociales, tienen que llegar aquellos que engloben los derechos de calidad de vida y sostenibilidad del planeta. En este apartado entraría la seguridad vial.