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Rajoy sitúa a Rato en Caja Madrid y logra que Camps releve a Costa tras una profunda crisis

ESPAÑA

Afronta el comité ejecutivo de hoy con el panorama despejado para dar el golpe de autoridad anunciado

03 nov 2009 . Actualizado a las 13:54 h.

«Santo Job solo hay uno en la historia». La frase de Rajoy revela claramente la estrategia que ha seguido para doblegar a sus críticos, afianzar su liderazgo y salir indemne de la guerrilla interna en el partido. Paciencia, tranquilidad y no tomar decisiones hasta que resulte absolutamente imprescindible. Ese momento ha llegado. A Rajoy le ha costado más de un mes imponer su autoridad en Madrid y Valencia, pero hoy se presenta en el comité ejecutivo, en el que anunció que dará «una respuesta» a los excesos declarativos de algunos dirigentes en los último días, con los deberes hechos, pero con un fuerte desgaste del partido.

Aunque Esperanza Aguirre pretendió ignorar el puñetazo en la mesa dado por Rajoy, la presienta madrileña prefirió ceder ayer aceptando a Rato como presidente de Caja Madrid y sacrificar a su número dos, Ignacio González, antes de plantear hoy una batalla en el comité ejecutivo de la que podría haber salido muy malparada. Ninguno de los barones del PP está dispuesto a ponerse de su lado en su pugna con Rajoy, y menos cuando los sondeos indican que el PP ganaría en este momento las elecciones por más de tres puntos.

Rato se aleja de Génova

Rajoy afronta además la crucial reunión de hoy con su problema más grave solucionado. El líder popular frenó en seco el desafío de Ricardo Costa, que se negó a aceptar su destitución, suspendiéndolo de militancia en un castigo sin precedentes a un ex secretario general. Por último, sus presiones a Francisco Camps para que designara a los sucesores de Costa antes de la reunión de la ejecutiva nacional surtieron también efecto. El presidente valenciano asume además el modelo de Rajoy y adelanta que a partir de hora habrá expedientes para quienes le desafían en público.

Tras imponerse en esos dos frentes, a Rajoy le queda solo el trabajo de tomar medidas contra el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, por sus graves acusaciones contra Aguirre que, sin embargo, han jugado a favor suyo y de Rato en la disputa sobre la presidencia de Caja Madrid. Todo indica que Cobo recibirá una sanción por considerar «de vómito» la actuación de Aguirre, pero que el castigo no acabará con su carrera en el partido, como ha ocurrido con Costa. En caso de ir más lejos, Rajoy corre el riesgo de que Gallardón se solidarice con su número dos, cuyas declaraciones ha asumido públicamente, y presente también su dimisión, lo que abriría una crisis de consecuencias imprevisibles que no le conviene.

El pacto con Rato para que asuma la presidencia de la caja madrileña aleja además el peligro de que el ex ministro le dispute la candidatura en el 2012, aunque sigue siendo el principal aspirante a sustituirlo en caso de derrota en esas elecciones.

En esas condiciones, Rajoy tiene asegurado que su discurso de hoy, que se espera como uno de los más duros desde su llegada a la presidencia, tenga el apoyo unánime de la ejecutiva.