Temen que se envíe realmente a un espía que revele la ubicación exacta de los secuestrados en Mauritania
31 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Los terroristas de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) se negaron hace diez días a que un médico atendiera al cooperante Albert Vilalta, herido de bala en la pierna izquierda tras intentar huir el pasado 29 de noviembre, el día en que los tres españoles fueron secuestrados. Desde entonces, los servicios exteriores y de Inteligencia españoles han insistido en varias ocasiones, a través de mediadores tuaregs, en su petición de que un especialista al menos estudie la lesión del rehén. Pero la respuesta de los terroristas ha sido siempre negativa y siempre con el mismo argumento: AQMI no se fía de que el médico no sea un espía y que termine por revelar la ubicación exacta de los occidentales secuestrados. Los agentes del Centro Nacional de Inteligencia, que han fijado su base en Bamako y se mueven por varias localidades del norte de Mali, sin embargo sí han conseguido hacer llegar medicamentos para Vilalta. Según informaron fuentes gubernamentales, el envío -que incluía antibióticos y calmantes, fundamentalmente- se realizó hace más de una semana, poco después de que los funcionarios españoles tuvieran el primer contacto indirecto con los secuestradores a través de enviados de jefes tribales de la zona. Los tuaregs cobraron una comisión por hacer llegar las medicinas y traer de vuelta noticias sobre el estado de Vilalta y sus dos compañeros, Roque Pascual y Alicia Gámez. Viaje de 2.000 kilómetros Ese primer contacto, a través del que el Gobierno supo por primera vez que uno de los rehenes estaba herido, se demoró tres semanas, ya que los terroristas y sus víctimas recorrieron más de 2.000 kilómetros desde la costa atlántica mauritana hasta su santuario maliense en el corazón del desierto. Siempre según las informaciones de los tres intermediarios que el presidente maliense, Amadou Toumani Touré, ha puesto al servicio de los servicios españoles, la vida de Vilalta no parece correr peligro. No obstante, Exteriores desconoce si el cooperante recibió más de un balazo y si, tal y como parece, el secuestrado tiene dañado el fémur, donde todavía tendría alojado el proyectil. Ese contacto indirecto con los captores también ha servido a la inteligencia española para confirmar que los catalanes están en manos de la facción más importante del AQMI, la autodenominada Brigada Tareq Bin Zayad, un grupo con una abultada experiencia en secuestros de occidentales. 50.000 euros contra Al Qaida El secuestro de los cooperantes españoles hizo al Gobierno redescubrir que en Argel desde octubre del 2004 funciona el Centro Africano de Estudios e Investigación sobre el Terrorismo, quizás el mayor grupo de trabajo en todo el continente especializado en la lucha contra Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), la franquicia de Bin Laden que está detrás de la captura de los españoles. El pasado 18 de diciembre el Gobierno aprobó con «carácter excepcional» y por su «interés público y social» un crédito extraordinario para este centro de 50.000 euros, una cantidad simbólica, que Exteriores podría aumentar en el futuro.