Trinidad Jiménez apela a la prudencia para mantener el clima adecuado en las relaciones bilaterales
05 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.La gran marcha convocada por grupos marroquíes contra el Gobierno español y para reivindicar la marroquinidad de Ceuta, Melilla y el Sáhara Occidental fracasó de pleno ayer al ser sustituida por una protesta en Rabat a la que acudieron solo un centenar de personas. Los asistentes, que se congregaron frente a la sede del Instituto Cervantes en la capital marroquí, portaron pancartas y banderas del reino alauí al tiempo que coreaban eslóganes en los que criticaban la actitud del Ejecutivo de Zapatero hacia el Sáhara Occidental, y en especial la del Partido Popular. «Ceuta, Melilla y el Sáhara marroquíes» o «Con mi alma, mi corazón y mi sangre defenderé Ceuta» fueron algunas de las consignas que cantaron los escasos asistentes.
Según informó Efe, el coordinador de la manifestación y secretario general de la Juventudes del Partido Progreso y Socialismo (PPS), Driss Reduani, el motivo de la cancelación de la marcha, prevista para salir desde la ciudad marroquí de Fnideq hasta Ceuta, se debe a que es necesario «continuar con los esfuerzos humanos y logísticos de preparación». Asimismo, explicó que los motivos de la protesta son «reivindicar la independencia de Ceuta, Melilla y el resto de los territorios ocupados por España, pedir el respeto a los derechos de los marroquíes que viven en ellos y apelar a las fuerzas vivas en España que militen por el derecho de los pueblos a su integridad».
Interlocución privilegiada
La ministra de Asuntos Exteriores aprovechó ayer para apelar a la prudencia y la discreción para no enturbiar más las relaciones con Marruecos. Trinidad Jiménez evitó comentar para no afectar «la interlocución privilegiada» con Rabat la resolución del Parlamento del reino alauí que plantea «reevaluar globalmente» las relaciones con España, ni la manifestación de Rabat.
La jefa de la diplomacia informó de que mantuvo «un encuentro informal» con el embajador marroquí Omar Azziman en la XX Cumbre Iberoamericana que se celebró en Mar del Plata, a la que acude en calidad de observador, en la cual, según explicó, «charlaron» sobre los asuntos que afectan a las relaciones bilaterales.
Sin embargo, según Jiménez, su «obligación» es mantener «el clima adecuado» para las relaciones bilaterales y, en consecuencia, cualquier comentario suyo podría ser malinterpretado, sobre todo si es en tono crítico.