Chaves habla en pasado del presidente y abona la tesis de su retirada
28 ene 2011 . Actualizado a las 10:20 h.«Yo hubiera preferido que hubiera seguido José Luis Rodríguez Zapatero, pero hay que afrontar con absoluta normalidad la posibilidad del supuesto de otro candidato». Con esta frase en pasado, el presidente del PSOE, Manuel Chaves, abonaba ayer la tesis de que el presidente del Gobierno no será el cabeza de cartel socialista en las elecciones generales del 2012.
El propio vicepresidente tercero no tuvo reparos en contemplar el escenario de que no se presente y aclaró que su sustituto sería designado por los órganos del partido, no mediante un «dedazo». De hecho, el partido ya ha asumido que Alfredo Pérez Rubalcaba será quien se enfrente a Mariano Rajoy en las urnas. El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, dijo ayer que es «la persona que mejor sintetiza en el PSOE lo que el país necesita» si se va Zapatero. La versión oficial, mantenida ayer por José Blanco, Ramón Jáuregui y José Antonio Alonso, es que el Gobierno trabaja para que Zapatero sea el candidato, porque es el mejor activo del partido.
La hipótesis avalada por fuentes socialistas es que el presidente ya tiene diseñado su plan de salida. Quiere terminar el trabajo en marcha, es decir, llevar a cabo todas las reformas para enderezar la maltrecha economía española y calmar definitivamente a los mercados, implicándose personalmente a fondo, como ha hecho en el acuerdo sobre las pensiones, y asumiendo el elevado coste político de las decisiones. En otras palabras, estaría dispuesto a la inmolación. Sin embargo, según las fuentes consultadas, no anunciaría su decisión antes de las elecciones autonómicas y municipales de mayo, pese a la debacle que pronostican las encuestas y a las presiones que está recibiendo de los barones regionales para que se defina cuanto antes, ya que temen pagar ellos la factura en las urnas, sino que esperará hasta después del verano. Entonces entregaría el testigo a Rubalcaba, que sería refrendado en un congreso, con el objetivo de minimizar daños y evitar una derrota catastrófica.
Pero solo le sucedería como candidato, no como secretario general, al que ascendería de forma transitoria el actual vicesecretario del partido y ministro de Fomento, José Blanco. Una bicefalia que no funcionó en el caso de Almunia y Borrell, pero que Rodríguez Zapatero cree que sí lo haría ahora dada la personalidad de ambos protagonistas.
Sin alternativas
Nadie considera la posibilidad de que haya una candidatura alternativa, dado que el descalabro electoral es más que probable y no hay tiempo de lanzar a otro candidato con más posibilidades electorales que el vicepresidente. Pero el PSOE no quiere dar la impresión de que Rubalcaba va a ser impuesto a dedo, por lo que sus dirigentes, Chaves y Blanco, inciden en que la designación corresponde al partido y será democrática.
Si se cumplen los pronósticos, Rubalcaba se retiraría y dejaría abierto el camino para que el PSOE encontrara un nuevo líder de cara a las elecciones del 2016, que por primera vez podría ser una mujer, Carme Chacón.