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Una declaración inexacta de una testigo originó la investigación del caso de los trajes

La Voz

ESPAÑA

25 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El conocido como el caso del los trajes es el que ha acabado con Camps, al haber apreciado el juez indicios suficientes de delito como para abrir juicio oral. Pero no es el origen, ni mucho menos el final, del caso Gürtel. La investigación se inició por delitos de corrupción mucho más graves, pero fueron las grabaciones aportadas al juez por José Luis Peñas, ex concejal del PP en el Ayuntamiento de Majadahonda, las que comenzaron a cavar la tumba de Camps. En una de esas grabaciones, Isabel Jordán, administradora de la empresa Easy Concept, aseguraba que ella había pagado una factura de 30.000 euros a nombre de Camps.

«Yo tengo la factura y yo la he pagado», decía Jordán. Luego, ante el juez, aclaró que nunca vio la factura sino un apunte de 30.000 euros en la contabilidad. Y que el contable le dijo que eran facturas de trajes de Francisco Camps y otros políticos valencianos. Ni ella lo pagó, ni eran prendas solo de Camps ni había por tanto factura alguna, pero la justicia tiró de ese hilo hasta forzar la dimisión del líder valenciano. Aunque también él ayudó a su propia ruina.

Yo me pago mis trajes

«Claro que me pago mis trajes. Yo me pago mis trajes». Si el calvario judicial de Camps se inició por una grabación y una declaración inexacta, su muerte política se debe a esta frase, pronunciada en marzo del 2009 en un acto público, poco después de que comenzara la investigación. Que un hombre que mide al milímetro sus palabras ante la prensa como es Camps se permitiera decir eso, demuestra a las claras que pecó de exceso de confianza en este asunto.

Casi todos los consultados en el PP coinciden en que Camps podría haber salido algo tocado, pero hubiera permanecido vivo si desde un principio hubiera admitido que los trajes fueron un obsequio y hubiera restado importancia al hecho. Su imagen habría salido perjudicada, pero probablemente no hubiera prosperado la acusación por cohecho. Fue su empeño en asegurar que fue él quien pagó las prendas de vestir que recibió el que le ha costado la presidencia de la Generalitat valenciana. Admitiendo al final, para evitar ser procesado, que era posible que le hubieran regalado esos trajes, el propio Camps estaba reconociendo que mintió.