La fragata F-103 Blas de Lezo abandonó ayer el dique seco de Navantia Ferrol para dejar paso a la F-102 Almirante Juan de Borbón , que debe pasar por su revisión obligatoria. El paso de la F-102 por el astillero estaba previsto desde hacía meses, ya que se trata de una de las revisiones rutinarias a las que debe someterse a las fragatas y que incluyen labores de mantenimiento y pequeñas reparaciones.
Sin embargo, el accidente sufrido por la Blas de Lezo en aguas de Escocia, donde tocó fondo en un banco, obligó a retrasar la revisión de su gemela., ya que la nave, aunque pudo volver por sus propios medios a Ferrol, debió ser sometida a una reparación rápida.
La Armada no pudo ayer precisar si la F-103 ha sido reparada por completo o si, como parece más probable, ha recibido una reparación de urgencia con objeto de dar paso a la F-102. En ese caso, es también probable que la nave deberá volver en los próximos meses al dique seco. La Armada tampoco pudo concretar aún el coste que han tenido y que, en caso de que sea necesario ampliarlas, tendrán los trabajos de reparación. En un principio se especuló con cifras que rondaban los siete millones de euros.
Sin embargo, la Armada ha desmentido ese dato y se ha remitido a una serie de informes que, insistieron sus responsables, se están elaborando acerca de las reparaciones y de las circunstancias que rodearon al accidente de la F-103.
Por el momento, la única novedad fue la destitución del comandante del buque en el momento de los hechos, Federico Supervielle, que se encuentra en servicio activo pendiente de asignación de destino en Ferrol. Su sustitución inclina las búsqueda de causas del accidente hacia el error humano antes que a un fallo técnico, pero la Armada ha evitado por el momento dar explicaciones acerca de cómo se produjo la colisión.