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«Las canciones me salen sin querer»

FERROL CIUDAD

Este cantautor ferrolano, de la carretera Alta del puerto, afincado en Madrid, echa de menos el mar, pero no lo necesita para inspirarse: «Escribo por necesidad vital», dice

05 ene 2009 . Actualizado a las 20:04 h.

Andrés Suárez es uno de esos hijos de Ferrol que, un día, hace ya cinco años, se vio obligado a dejar el nido, a emprender el vuelo para hacerse un hueco profesional en la vorágine madrileña, donde ya se mueve como pez en el agua. Pero a este cantautor, nacido hace 25 años en la carretera Alta del puerto, le falta precisamente eso, el agua, para ser feliz del todo en la capital. «Soy un poco pesado con el mar, más aún tras irme a Madrid», reconoce Suárez, quien asociará siempre la noche de Fin de Año con las bocinas de los barcos atracados en el muelle ferrolano.

Por todo esto, el compositor no habría podido elegir otro rincón de su ciudad para posar ante la cámara de José Pardo. Se dejó inmortalizar en el muelle, a dos pasos de su hogar, en la carretera Alta del Puerto.

El olor a mar lo dejó atrás hace un lustro para lanzarse a la aventura madrileña. «Me fui para abrirme puertas, para conocer los locales de los que salieron Tonchu y Pedro Guerra», pero en la aventura sacrificó el mar a cambio de «vivir rodeado de ruido y humo». Echa de menos despertarse ante el mar de Ferrol.

«Ojalá hubiera aquí más apoyos para montar locales de conciertos y salas de ensayo», para dar salida a los talentos locales de modo que no se viesen obligados a emigrar a Madrid. «Me he encontrado con mejores músicos y locales con más magia en Ferrol y en otros puntos de Galicia que en Madrid», asegura el cantautor.

A Suárez le gustaría volver a vivir en el Ferrol de sus años de instituto, cuando «había conciertos por todas partes; Ferrol es una ciudad de músicos, no hay duda, me parece increíble que no haya un circuito, apenas quedan ya locales de conciertos».

Andrés Suárez estudió música desde niño (piano y guitarra en el conservatorio ferrolano). Aunque intentó despegarse de los teclados iniciando la carrera de Magisterio en Santiago, el cantautor no pudo resistirse y lo dejó todo para dedicarse a hacer música. Tiene ya en el mercado dos discos, De ida y Maneras de romper una ola, con el que estará de gira al menos hasta la primavera, para cuando ya quiere grabar en unos estudios que hay en Neda su tercer álbum.

¿Se inspirará Andrés tal vez también en ese mar de Ferrol que le quita el sueño? Pues no. «Escribo por necesidad vital, no funciono por inspiraciones, no busco un momento ni un clima especial para componer, las canciones me salen sin querer, esté delante del mar o no».