Fueron solo siete días los que le permitieron a la ferrolana Sara Bruquetas Fonticoba permanecer en el programa Fama a bailar. Cuestiones de la televisión, que no de su falta de talento, hicieron que la joven de 21 años entrase al popular concurso de baile que emite al mediodía la cadena Cuatro la semana de Navidad y se tomase las uvas en Ferrol. De vuelta a su ciudad y después de haber digerido todo lo que conlleva convertirse en un personaje televisivo, Sara asegura sentirse satisfecha con la experiencia. Cree que ha sido ella misma y atribuye su prematura salida precisamente al poco tiempo que tuvo para demostrar sus capacidades. Su pareja, Luis, fue expulsado por el público y, dentro de la dinámica del programa, tuvo que retar a una compañera, Yurena, para quedarse con su compañero, Jonás. Finalmente los profesores eligieron a la canaria y Sara tuvo que dejar su sueño de Fama.
Sara, que comenzó sus estudios de ballet a los cuatro años y después se pasó a la gimnasia rítmica, compitiendo en el club Esquío, siempre tuvo clara su pasión por la danza. «Me encanta todo lo del baile», reconoce, y cuando el pasado año se comenzó a emitir la primera edición del programa, se pegó a la pantalla y se convirtió «en la fan número uno», asegura. Tras recibir el apoyo de la familia y sus amigas decidió ir al casting de Barcelona, sin cita ni nada. Una coreografía en la calle sirvió para que fuese seleccionada, y aunque no entró como concursante titular, quedó como reserva para sustituir a los concursantes que fuesen saliendo. Una vez dentro, las cosas se ven de otra manera. «El baile que se aprende allí no es muy diferente, pero sí el ritmo» que se impone en la escuela, con poco tiempo para el descanso e incluso para dormir. Estudios de capoeira, jazz-fusion, jazz lírico y varios cursos de funky la curtieron en todo tipo estilos que le dieron una buena base. Pero allí se encontró con la presión de coreografías constantes, poco tiempo para prepararlas y, sobre todo, decenas de cámaras. Al tema de ser grabada las 24 horas del día incluso le encuentra el lado positivo: «Ha reducido mi inseguridad».
Del concurso, Sara B -así la bautizaron por la coincidencia de su nombre de pila con el de otra concursante anterior- se queda con la experiencia y las coreografías grupales. Pero no deja de ser un programa de televisión y por ello también le encuentra aspectos mejorables: «Me gustaría que se dedicase más tiempo a perfeccionar y trabajar las coreografías y más horas de clases de técnica y clásico». Pero en cualquier caso, repetiría sin dudarlo si pudiese volver a entrar. Lo haría, eso sí, «con otra cabeza, con otra mentalidad». Y es que el poco tiempo que estuvo dentro y la alta carga de trabajo no le permitió integrarse en un grupo que lleva dentro de la escuela más de un mes. Sara ya ha hecho su quiniela. El programa busca al bailarín más completo y para ella de los chicos es Nito y de las chicas, Raquel. De los profes, se queda con Lola, por la que se sintió respaldada incluso en el momento de su salida. Una duda que corroe a cualquier seguidor de Fama que se precie: ¿Rafa Méndez es así o se lo hace? «Yo pensaba que era un papel, con todo eso de la cara de ñu y la energy, pero no, es así con todo el mundo detrás de las cámaras», aclara Sara.
En Ferrol, Sara B. se encontró con un apoyo «que no me esperaba y que agradezco un montón», reconoce. La gente la para por la calle y lo que más la anima, dice, es que le digan que les ha encantado cómo ha sido, no solo como bailarina, sino como persona. También ha encontrado apoyo en los internautas, que votaron para que no se fuese, y también de su paisana en el programa. La ferrolana Paula Vázquez es la presentadora del espacio y estas Navidades se ha tenido que tomar las uvas en directo ante los espectadores. «Me encanta, porque es muy natural: igual que sale en la televisión es igual detrás de la cámara», dice Sara. «Es súper maja», añade explicando que incluso se emocionó cuando su madre le envió un mensaje telefónico para animarla en Navidades. Ahora confía en que Fama le abra muchas puertas. Ya lo está haciendo. De hecho, cuenta con un año de contrato con la productora Zeppelin, y ya la han llamado para actuaciones en discotecas, publicidad y otros eventos relacionados con la danza. Y aunque el baile es su sueño de futuro, esta joven, diplomada en Educación Infantil, prepara las oposiciones para poder contar con un trabajo que le permita dedicar parte de su vida a su pasión abriendo una escuela de danza. Pues desde esta Mirilla, mucha suerte, Sara.
La de Sara Bruquetas no ha sido la única incursión de representantes de la comarca en diversos reality y talent show. El nadador Felipe López ganó en el año 2003 la segunda edición de La isla de los famosos. Dos años más tarde, la cocinera valdoviñesa Susi Pérez probó suerte en Aventura en África y el primer Supervivientes, una versión anterior a la de los famosos con concursantes anónimos, contó con la participación de Ana María Fernández, una vecina de Caranza. Más reciente está el caso de Andalla, el senegalés residente en Perlío (Fene) llamado a conquistar la novena edición de Gran Hermano, pero que fue expulsado por el público por sus declaraciones. El nedense Dani Ríos se hizo un hueco en el concurso de cantantes Son de Estrelas, de la Televisión de Galicia, y el público pudo comprobar cómo probó suerte en los últimos castings de Factor X.