El ministerio corroboró la decisión municipal, aunque eludió concretar el lugar donde se confinará
15 ene 2010 . Actualizado a las 12:42 h.El gobierno ferrolano ha adoptado la decisión «más sencilla, más sensata, más natural y más barata» para retirar del espacio público la polémica estatua ecuestre de Franco. La imagen será trasladada y depositada en un almacén del Arsenal Militar de Ferrol, para quedar oculta indefinidamente bajo un toldo. Así lo explicaba ayer el alcalde, Vicente Irisarri, intentando zanjar «demasiada expectación para un tema muy sencillo». «El acuerdo es definitivo», agregó. Cuenta con el beneplácito de las autoridades militares locales y no precisará de ningún trámite oficial ni administrativo, según el Concello.
El caballo y su jinete se encuentran desde hace siete años en Herrerías, tras ser trasladados desde la plaza de España. El pasado lunes, el Ministerio de Defensa confirmaba la orden de su retirada, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, aunque esta comunicación oficial no llegó al Concello. El regidor de la ciudad naval comunicó ayer a los portavoces de los grupos municipales su propósito, para lo que ha llegado ya a un acuerdo con el jefe del Arsenal Militar. Aunque Irisarri calificó de «irrelevante» la cuestión, será el propio Ministerio de Defensa quien se encargue de una operación de traslado que no tiene todavía fecha. El departamento que preside Carme Chacón daba un plazo de «días» para la ejecución de esta acción, que el gobierno local califica ahora de «inmediata».
Fuentes oficiales confirmaron ayer que la estatua «será retirada de su ubicación actual y guardada en alguna dependencia del Ministerio de Defensa aún por determinar». En otras palabras, el Estado Mayor de la Armada corroboró la solución que anunció el alcalde, aunque no concretó las instalaciones a las que se enviará. Todo apunta, no obstante, que será al Arsenal. Las mismas fuentes indicaron que ayer todavía no se podía adelantar «la fecha en la que se producirá el traslado por no encontrarse esta definida». El almirante del Arsenal, Santiago Bolíbar Piñeiro, declinó realizar declaraciones y se limitó a remitirse a la comunicación oficial de la Armada.
Rememorando aquella noche del 4 de julio del 2002, la efigie ecuestre será izada de nuevo con una grúa y depositada en una plataforma que desplazará la pieza solo unos metros, hasta el interior de un galpón del recinto amurallado del Arsenal, alejado de las miradas del público y cubierto con una lona para ocultarla también de la vista de quienes trabajan en estas instalaciones. «Habíamos dicho que resolveríamos la cuestión en cinco minutos, en cuanto la abordásemos. Y felizmente, está resuelta». Y además, «por amplia mayoría», aseguró Irisarri. En realidad, la determinación del alcalde solo encontró apoyo en un extraño compañero de viaje, el PP, que ve con buenos ojos la decisión. IU censuró la falta de interés y la rapidez con que el gobierno liquidó una decisión que no cumple sus expectativas reales: la fundición de la estatua y la construcción de otra en recuerdo de los represaliados durante la dictadura. El BNG se limitó a decir que la medida cumple lo que exige la ley, a la espera de un análisis más profundo, e IF endosa toda la responsabilidad de una decisión sobre la que no tiene claro si cumple la normativa, al gobierno local.