Navantia inició ayer en el astillero de Fene la construcción del segundo buque anfibio para la Armada de Australia. Inicialmente estaba previsto que la ceremonia del cortado de la primera chapa de acero del navío se llevase a cabo el próximo día 23 de marzo, aunque finalmente se ha adelantado siete semanas, lo que da casi dos meses de margen a la compañía pública sobre el programa. No obstante, este tipo de contratos, debido a su extenso desarrollo, suele experimentar variaciones en las fechas fijadas para los distintos hitos.
El segundo barco, que se denominará Adelaide , está basado, al igual que su gemelo, el Camberra , en el Juan Carlos I que Navantia construye en Ferrol para la Marina española.
La ceremonia de corte de la plancha de acero se llevó a cabo a las doce de la mañana en el taller de bloques curvos de la antigua Astano, en donde los trabajadores, tras rotular y cortar el material, obtuvieron una plancha de 3,5 toneladas de peso que será utilizada en la cubierta número seis del buque.
Dos factorías
El pedido de los barcos anfibios, firmado en noviembre del 2007 en Melbourne, incluye tanto el diseño como la construcción de los barcos, así como los equipos de motores y el sistema integrado de control de la plataforma. Navantia y el astillero australiano BAE Systems Australia Defense se ocupan de la ejecución del programa. Las antiguas Astano y Bazán fabricarán el 80% de los navíos, mientras que el 20% restante se completará en el país de las Antípodas.
Más de la mitad de los bloques que compondrán los barcos anfibios serán construidos en la factoría de Fene, aunque serán ensamblados en la de Ferrol, en la grada número tres del astillero, la de mayores dimensiones.
En estos momentos, Navantia ya tiene en ejecución el 75% de los bloques del Camberra , aunque en distintos grados de ejecución. Algunos están ya prácticamente acabados mientras que otros apenas si tienen lista la estructura.
Grandes dimensiones
Los barcos anfibios, conocidos popularmente como megabuques por sus superlativas dimensiones -tendrán 230 metros de eslora (largo), o lo que es lo mismo, la superficie equivalente a dos campos de fútbol-, están diseñados para acciones bélicas y misiones humanitarias.