«Preferí dejar el trabajo antes de que mis clientes pensaran que acudía borracho a las citas»
FERROL
También con varios casos en la familia, Ramón Moreira perdió su trabajo como jefe de ventas en una multinacional tras comunicar a sus superiores que padecía ataxia espinocerebelosa hereditaria de adulto. Los primeros síntomas -principalmente dificultades para caminar y hablar-llegaron cuando tenía 45 años, e hicieron que prefiriera «apartarme de la vida laboral antes de que mis clientes pensaran que acudía borracho a las citas». El diagnóstico no llegó hasta cinco años después. Gracias a que es una persona tremendamente positiva, Ramón le ha encontrado la cara amable a todo esto y ahora dedica su tiempo a ayudar a los que se encuentran en su misma situación.