La fragata F-102 regresó ayer a su base en el Arsenal después de más de dos meses -72 días, en concreto- navegando. Zarpó con el objetivo de alcanzar la costa de Estados Unidos para integrarse dentro del grupo de combate del portaviones George H.W. Bush., en el que compartió actividad con una docena de unidades más, todas ellas pertenecientes a la Armada americana. Inicialmente se había programado que la llegada de la Almirante Juan de Borbón se produjese el sábado, aunque al final se ha adelantado algunas jornadas.
Fuentes consultadas en el seno de la Marina han indicado que la operatividad de la unidad local ha sido «altamente satisfactoria» para todas las tareas que le fueron encomendadas, y ganó protagonismo de forma progresiva dentro de ese grupo de combate a medida que se le iban encomendando diferentes misiones. Entre esas tareas destacan, por ejemplo, la de protección directa del portaviones durante los ejercicios -se trata del más moderno de la Marina de Estados Unidos-, labores de control del espacio y el tránsito aéreo en la zona de operaciones e, incluso, tareas de control de narcotráfico en colaboración con agencias del país.