Vigo | Los detenidos por el Cuerpo Nacional de Policía «van más cómodos que nosotros», relata el agente Marcos Castro respecto a los nuevos coches patrulla, los zeta, la última versión del Citroën Picasso que está empezando ya a llegar a las comisarías gallegas. En el nuevo vehículo se ha reducido el espacio en los asientos delanteros, de manera que «un policía que mida más de 1,80 de estatura, como yo, va muy encogido», apostilla Pablo Abalde, que al igual que Castro es dirigente del Sindicato Unificado de Policía, que ha denunciado la situación.
Los policías que están patrullando en el nuevo coche señalan que el respaldo del asiento va provisto de una barra metálica «que lo convierte en un auténtico potro de tortura». Algunos agentes han empezado a quejarse de fuertes dolores de espalda después de conducir durante el turno de noche. «Esto es obra de un progresista de salón que entiende que un detenido tiene que estar más cómodo que un policía durante los veinte minutos que puede durar un traslado a comisaría, mientras que los agentes se pasan el día en el coche», afirma Marcos Castro, secretario de Acción Sindical del SUP en Pontevedra, que protagonizó ayer junto con sus compañeros una concentración de protesta delante de la Comisaría de Vigo.
Asientos de Ourense
Las anomalías criticadas por los agentes van más allá de la comodidad o incomodidad del coche. El vehículo no cuenta con sistema de estabilidad ESP ni dispone de faros antiniebla. El agua se cuela por el puente de luces y la emisora y el control de la sirena están mal ubicados.
Según el sindicato policial, los coches tienen muchas deficiencias porque el contrato de renting de los vehículos con una entidad financiera expiraba y había que encontrar a toda prisa nuevas unidades. El nuevo contrato fue adjudicado a otra entidad, que alquilará los nuevos zeta durante los próximos cuatro años.
Con este panorama por delante, los representantes de los policías de Vigo salieron ayer a la calle para protestar contra los nuevos coches portando una pancarta con el lema: «El vehículo chapucero que lo conduzca Zapatero» y corearon consignas como «Asientos ilegales, bajas laborales».
Las quejas han dado su resultado y ayer un ingeniero de la empresa Carrocerías Rodríguez, de Ourense, que ha diseñado los nuevos asientos, se comprometió a presentar el 15 de septiembre dos nuevos prototipos mejorados. Si se aprueba el diseño, Interior tendrá que cambiar los asientos a mil Picasso que ya se encuentran patrullando por España.