Galicia tiene una población más envejecida cada año. La proporción de mayores de 60 años crece imparablemente. Esa proporción es, actualmente, cercana al 30%. La ratio es más del doble que la que había en los años sesenta, cuando los ancianos representaban el 13% del total de habitantes. Pero no hace falta retrotraerse tanto para comprobarlo: en el 2001 ya representaban el 26%, es decir, desde entonces uno de cada cuatro gallegos tiene más de 60 años.
El tema viene de lejos e irá para largo. Así lo confirma un estudio de un grupo de investigadores de la Universidade de Santiago (USC) que analiza la evolución desde el siglo XIV. Los datos que maneja revelan que a mediados del XIX los mayores eran el 6,6% de la población y que, aún en los años treinta y cuarenta del XX, suponían en torno al 10%.
Según los expertos de la USC, el problema del envejecimiento de la población no es exclusivo de Galicia. La comunidad sufre un proceso semejante al que se vive en el conjunto de España y en otros países europeos como Italia y Portugal. Pero, para el coordinador de la investigación, Isidro Dubert, «la diferencia es que el grado de envejecimiento de la población gallega es mucho más intenso, ya que, desde mediados del siglo XIX la emigración fue un fenómeno recurrente».
Esta razón es vital para explicar una clara tendencia al alza en el porcentaje de mayores. Para el profesor Isidro Dubert a la emigración se unen el aumento de la esperanza de vida y la caída de la natalidad. Para el experto, el más grave de ellos es la emigración, porque la considera «un lastre para el desarrollo demográfico, social, económico y cultural de un país».
La emigración continúa
Esta situación, además, está de especial actualidad. Isidro Dubert explica que «estamos ante un nuevo proceso migratorio», el que afecta a los jóvenes. Se refiere a la marcha de un amplio contingente de gallegos menores de 30 años con poca cualificación a las islas Canarias y de los que tienen una alta formación a Madrid, Barcelona y Valencia. Ni unos ni otros encuentran trabajo en la comunidad, sobre todo los últimos, ya que «tienen que vivir subempleados en puestos poco acordes con su nivel de cualificación.
El profesor avisa de que en Galicia hay un problema económico por la reciente terciarización, lo cual hará que el problema siga creciendo. Un ejemplo de ese proceso económico es el excesivo peso del sector turístico. En todo caso, la fuga de jóvenes hace que la población que se quede sea la mayor y, además, no contribuye a potenciar la natalidad.