Uno de los aparatos se aproximó a Peinador, regresó a Madrid y volvió al aeropuerto vigués 4 horas después
29 ago 2007 . Actualizado a las 02:16 h.La niebla volvió a hacer estragos ayer en los aeropuertos gallegos. Decenas de viajeros que pretendían llegar a Vigo, A Coruña y Santiago vieron seriamente trastocados sus planes porque hasta cuatro vuelos tuvieron que ser desviados de sus terminales de destino debido a que las condiciones meteorológicas (en esta ocasión una densa neblina) impidieron a los aparatos tomar tierra.
Todos los contratiempos se registraron en torno a las ocho de la mañana. A esa hora, un vuelo de Spanair procedente de Madrid se aproximó al aeropuerto vigués de Peinador. A la vista de que el aterrizaje no era posible, los responsables del control aéreo tomaron la decisión de que el aparato regresase a la capital de España. Cuatro horas después, el avión partía de nuevo de Barajas hacia la terminal viguesa, donde finalmente logró dejar a los viajeros.
Una odisea similar vivieron los pasajeros de un vuelo de Clickair entre Barcelona y A Coruña. El aparato debía tomar tierra en Alvedro a eso de las ocho de la mañana, pero ante la imposibilidad de hacerlo, se desvió a Oporto. Lo más llamativo del caso es que pocos minutos después de aterrizar en la ciudad lusa, se comunicó al comandante que la terminal coruñesa ya estaba despejada. Al final, las 66 personas que volaban a bordo del avión alcanzaron su destino en la ciudad herculina a eso de las doce de la mañana.
Alvedro, destino final
En A Coruña acabaron finalmente también otros dos vuelos de Clickair que procedían en Barcelona y que tenían previsto completar el trayecto en Santiago y Vigo.
En el caso del primero, la hora establecida para la llegada a Lavacolla eran igualmente las ocho de la mañana, pero la niebla hizo imposible cumplir lo previsto en el plan de vuelo, por lo que se optó por tomar tierra en A Coruña una hora más tarde. Finalmente, Clickair decidió trasladar a los 60 pasajeros en autobús hasta la capital de Galicia.
Esta compañía optó por la misma solución en el otro vuelo que tuvo que desviar a A Coruña, el de Barcelona-Vigo. Los 76 pasajeros acabaron en la ciudad herculina a eso de las nueve y veinte de la mañana, una hora más tarde de lo previsto, un retraso al que hubo que sumar el tiempo empleado para regresar al municipio vigués.
Una de las dudas que asaltaban ayer a los pasajeros de los vuelos desviados guardaba relación con la utilidad de los equipos ILS en las terminales gallegas. Sobre el papel, estos sistemas -ya operativos en Lavacolla y Peinador y en fase de instalación en Alvedro- permitirían a los aviones aterrizar incluso aunque se encontraran con una niebla espesa.
Aplicación práctica
Lo cierto es que, a la hora de la verdad, la aplicación práctica de estos equipos es relativa, pues algunos de los aviones no disponen de este sistema ILS a bordo, de modo que, cuando la bruma es densa (como el caso de ayer), las compañías se ven obligadas a reclamar otro destino para llevar a cabo el aterrizaje.
De todos modos, pilotos consultados explicaron ayer que, además de estas cuestiones tecnológicas, la decisión última de tomar tierra depende del comandante, por lo que si éste considera que las condiciones no son las más idóneas para el aterrizaje puede optar por solicitar el desvío.