Repaso a las políticas de calado social impulsadas por el Gobierno, pero ninguna mención al Gaiás
GALICIA
Zapatero realizó en el recinto ferial de Silleda un ejercicio de política de cercanía, con una alocución muy centrada en los problemas del sector agropecuario, como correspondía con los anfitriones del evento, y de las familias. Incluso alentó a los suyos a pisar la calle y «gobernar estando siempre al lado de la gente». Con esa óptica, el presidente corroboró su apuesta por ahondar en las medidas de calado social en plena precampaña de las elecciones generales de marzo. Entre las propuestas del Gobierno para atender problemas sociales tampoco hubo hueco esta vez para el monte Gaiás.
Certificado veterinario
La medida más aplaudida por el auditorio fue el anuncio de la supresión del certificado veterinario que los ganaderos tienen que abonar y presentar en los mataderos para que sacrifiquen sus reses. Este requisito, que está en vigor desde enero del 2001, obliga a los ganaderos a pagar entre 9 y 24 euros por cada cabeza. Zapatero adelantó que el Consejo de Ministros eliminará esa acreditación, «una carga inútil que nos ha puesto en situación de desventaja con nuestros competidores a la hora de exportar», reconoció. El jefe del Gobierno sustanció la clave de una imposición que penalizaba doblemente el sector, porque su función «era decir que el problema de las vacas locas era de los ganaderos, cuando los ganaderos eran las víctimas de los problemas que trajo esa enfermedad».
Zapatero, que elogió el trabajo de la ministra Elena Espinosa, presente en el acto, se refirió también a la Ley del Desarrollo Rural, que el jueves será aprobada en el Congreso. En tono más electoralista, reseñó la subida del 30% aplicada a las pensiones mínimas en tres años y mencionó también la inminente entrada en vigor del estatuto que reconoce los derechos del trabajador autónomo, en el mismo plano que el empleado por cuenta ajena. Y no olvidó el plan de vivienda, el refuerzo de las becas y los incentivos a la natalidad. «España necesita más niños, más población joven para que todos podamos cobrar pensiones», indicó.
«Prezos justos, non esmolas»
En cambio, Zapatero no abordó las expectativas de los ganaderos gallegos de disponer de mayor cuota láctea ni respondió a las quejas expresadas desde la tribuna por los secretarios de Unións Agrarias, Roberto García, y de UPA, Lorenzo Ramos, en relación al pago que reciben los agricultores por sus productos y el fuerte desequilibrio con el precio de venta final al consumidor. Roberto García se erigió en la voz más crítica: «Non queremos subvencións, queremos que os produtos teñan un prezo xusto no mercado. Non queremos esmolas, queremos prezos xustos», demandó. Reclamó, además, que los propietarios de la finca en la que se levanta un parque eólico deben recibir una compensación acorde a la dimensión del negocio. «O que é negocio para os parques eólicos ten que selo tamén para o propietario dos terrenos no que se instala», exigió.
Demostración de fuerza
Por su parte, Touriño puso el acento en tres de las principales iniciativas de la Xunta para favorecer el sector: el Plan de Reequilibrio Territorial, la Lei do Banco de Terras y una línea de ayudas directas que permitirá a 7.500 explotaciones disponer de 3.500 euros anuales. Touriño no escatimó agradecimientos a Roberto García, que hizo lo propio con el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, por la ayuda en la organización de un evento que probó la fuerte capacidad de movilización de un sindicato, Unións Agrarias, que metió 12.000 personas en el mismo recinto en el que, en febrero del 2006, 5.000 agasajaron a Fraga en presencia de Aznar.