«El AVE entre Vigo y Oporto está todavía en negociaciones»

Jacinto Ruiz

GALICIA

Conciencia viva de Europa, Soares asegura que Galicia y Portugal ya no viven de espaldas y que las comunicaciones aún mejorarán

07 oct 2007 . Actualizado a las 12:37 h.

Mario Soares es, a sus 83 años, uno de los políticos más importantes de Europa. Presidente de Portugal entre 1986 y 1996 y dos veces primer ministro, está considerado uno de los padres de la democracia lusa. Con el tren de la libertad regresó del exilio a su país, tras la Revolución de los Claveles. Visitó A Coruña para hablar de Europa, España y los problemas que afectan a la humanidad y que él sigue de forma especial, como una de las conciencias vivas de Occidente. Lo hizo invitado por la Fundación Galicia Europa y el Instituto de Estudios Políticos y Sociales dentro del ciclo Medio século de integración europea: desafíos actuais da UE na era da globalización.

-Ya en pleno siglo XXI, ¿Portugal y Galicia siguen viviendo de espaldas?

-Desde la democracia, no. Ahora tenemos mucho en común y mucha comunicación, no sólo en los medios políticos, sociales y culturales, sino también en el aspecto económico.

-¿Cree que es una buena decisión suspender el AVE entre Vigo y Oporto?

-No creo que sea una decisión definitiva. Se está todavía en negociaciones. Es importante que existan vías de comunicación, pero... he venido a Galicia por una autopista desde Lisboa y lo he hecho confortablemente. Vine rápido. Hace 20 o 30 años esto era inimaginable.

-Cada vez hay más profesionales españoles que trabajan en Portugal y cruzan a diario la «raia». Algunos creen que obligarlos a adoptar la residencia es medida poco amistosa.

-La nacionalidad no se pierde, la residencia es otra historia que tiene mucho que ver con los impuestos.

-El premio Nobel Saramago dijo que Portugal acabaría integrándose en España. ¿Qué sintió ante esta reflexión?

-Nada especial. Siempre hubo una corriente iberista en Portugal, defendida en el XIX por intelectuales como Oliveira Martín. Es útil que haya una cierta integración política europea, pero no que Portugal pierda su soberanía. No tiene sentido.

-Usted se ha confesado defensor de lo que podríamos llamar una globalización ética, en la que junto a la economía tienen cabida valores morales. ¿Vamos por ese camino?

-Por desgracia, no. Europa está bajo la influencia del neoliberalismo y eso es malo. Debería existir más preocupación social y ética, porque las personas son más importantes que los números. Existe un nivel de vida más elevado, pero también inquietud por el desempleo, las enfermedades o la propia seguridad.

-¿Son EE.UU. y su instinto de expansión comercial el gran motor de la globalización?

-La globalización es un plan complejo que resulta de las nuevas tecnologías, de la información y la capacidad de los viajes espaciales, y del contacto entre las personas de todo el mundo. Eso está bien, pero la culpa de que la situación económica esté desregularizada y no haya principios éticos es de la Administración Bush, no de EE.UU.

-Hace meses dijo que EE.?UU. se hallaba en plena carrera hacia un desastre político, económico y sociológico de proporciones inimaginables. ¿Solo culpa a Bush de esto?

-También a los poderes que lo apoyaron, que fueron sus mentores, los llamados neocon, entre ellos el vicepresidente Dick Cheney. Son los culpables del descrédito de América en todo el mundo. Incide en todo, en su propia economía y en la que tratan de exportar, y sería una caída de consecuencias mundiales. Todo esto está relacionado con la lucha contra el terrorismo, que Bush convirtió en una guerra de la peor manera posible atacando Irak, destruyendo prácticamente ese país y derribando los equilibrios que existían en Oriente Medio. Irak era un freno para Irán, y eso traerá consecuencias graves.

-¿Ha llevado ETA parte de su infraestructura a Portugal?

-Pienso que no, pero no soy especialista en esa materia. Lo que sí reconozco son los esfuerzos del presidente Zapatero, que fueron muy dignos, para lograr neutralizar ETA por el camino de la negociación y de la paz.

-Hace dos años, Batasuna intentó que usted mediase entre el Gobierno y ETA.

-Yo no fui mediador nunca. Algunas veces hablaron conmigo diciendo que estaban dispuestos a una negociación. Hubiera sido una buena cosa, porque la paz es importante, pero repito que nunca fui negociador de nada.