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El eucalipto reconquista la «zona cero»

Nino Soto

GALICIA

Los esfuerzos de repoblación del monte quemado en Cotobade son inútiles, ya que los incendios facilitaron la proliferación de esta especie foránea

13 oct 2007 . Actualizado a las 03:43 h.

Lejos de acabar con el eucalipto, los incendios forestales del año pasado han facilitado la proliferación de esta especie invasora. Y un claro ejemplo de ello es el inevitable rebrote de este árbol, oriundo de Australia, en la denominada zona cero de las llamas del 2006: Cotobade, municipio de la provincia de Pontevedra.

La mancomunidad de montes de Cotobade, por ejemplo, perdió cerca de 6.000 de las 7.000 hectáreas de monte que gestiona en las parroquias de Viascón, San Xurxo de Sacos, Tenorio, Carballedo y Rebordelo. «Case todas as zonas que arderon o ano pasado xa están repletas de eucalipto», afirma al pie de uno de los montes de Viascón afectados por los fuegos Emilio Iglesias, secretario de la comunidad de montes de la parroquia. «O lume facilitou a súa expansión», añade.

Manuel Amado, presidente de la mancomunidad, coincide. «É unha invasión», sostiene. «Non hai maneira de acabar con eles», subraya, para añadir que desde la carretera N-541 se avistan zonas donde los rebrotes de eucalipto «desespérannos».

De hecho, es una batalla perdida. Los trabajos de limpieza y eliminación de rebrotes de eucalipto son insuficientes. Emilio Iglesias explica, tildando a los eucaliptos de ejército invencible, que la ceniza es prácticamente como un abono. Cuando se produjeron los incendios, las semillas de los árboles cayeron al suelo y se esparcieron «por todos os lados».

En este sentido, el comunero insiste. «Todo o que ardeu é agora eucalipto», señala Emilio Iglesias. «Todo o que florece é eucalipto, e iso que tratamos de eliminalo, pero o certo é que crece moi depresa», apunta.

Pero la situación se agrava todavía más. En Viascón la masificación del eucalipto está provocando la reducción de agua en los ríos, así como en los regatos. «Os eucaliptos incluso recollen a auga que baixa polo monte», indica el secretario de la comunidad de montes de Viascón.

Uno por uno

La batalla que no verá la bandera blanca, símbolo de rendición, es la que se inició en Cotobade y otros municipios gallegos para evitar la presencia de un solo eucalipto a una distancia inferior a cien metros de las casas habitadas.

Los comuneros eliminaron cada tocón (la parte del árbol que aflora en superficie y que guarda la raíz después de ser talado) para evitar nuevos brotes. «Fumos tocón por tocón hasta rematar cos eucaliptos que ameazan os nosos fogares», señala Emilio Iglesias. «Se non vas un por un, aos dous días xa tes cinco ou seis máis por tronco de eucalipto».

Vecinos del municipio recuerdan que las especies autóctonas, como el pino, el roble o el castaño, sirvieron en su momento de barrera para frenar la propagación de las feroces llamas. «Co eucalipto, un síntese impotente. Ves como o traballo que fixeches vaise ao traste logo de pouco tempo».