La empresa de Villar Mir vuelve a estar en el punto de mira en medio de una catástrofe

E.?E.

GALICIA

11 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Desde que el grupo empresarial de Villar Mir se hizo con las instalaciones de la antigua fábrica de Carburos, en Cee, la nueva empresa, Ferroatlántica, ha estado cercada varias veces por problemas ecológico. Villar Mir se quedó con las fábricas de ferroaleaciones de Cee y Dumbría y con la producción eléctrica del Xallas.

La compañía es la responsable de que ese cauce, el único en Europa que desembocaba en forma de cascada directamente al mar -en Ézaro- dejara de hacerlo. La construcción del embalse de Santa Uxía -el cuarto en el curso del Xallas- condenó a la cascada a convertirse en un fenómeno artificial que solo se puede contemplar en días festivos durante un par de horas. Y eso después de mucha presión por parte de entidades y vecinos de la zona y de la intermediación de la Xunta.

La lucha por la reapertura de la cascada dejó paso pronto a otro capítulo.

Después del accidente del Prestige se realizaron en la zona las primeras mediciones de hidrocarburos en bivalvos, arrojando resultados alarmantes y obligando a cerrar la ría al marisqueo durante años. Las investigaciones realizadas aclararon que aquel tóxico no procedía del petrolero.

Ferroatlántica jamás admitió responsabilidad alguna. Eso sí, a instancias de la Xunta realizó inversiones de cientos de miles de euros para mejorar sus instalaciones y acometer una recogida de pluviales, y pagó 120.000 euros a las mariscadoras que se quedaron en el paro. El expediente llegó entonces a los juzgados, pero acabó archivado por falta de pruebas concluyentes.

Desde la empresa sostuvieron siempre que el hidrocarburo provenía del Prestige. Sin embargo, muestras liofilizadas de moluscos conservadas, anteriores a la marea negra, arrojaban datos para la reflexión: mejillones analizados en el año 2000 procedentes de la ría de Corcubión tenían una concentración cien veces mayor que otros de la misma fecha de la de Camariñas.

No se demostró que los hidrocarburos provinieran de Ferroatlántica, pero sí los metales pesados que se detectaron en altas concentraciones en el río.

Sobre el problema surgido ayer en Fervenza, la dirección de Ferroatlántica explica que no tienen responsabilidad alguna. Hace más de 20 días que el único líquido que sale del embalse lo hace a través del canal ecológico.

Afirman, además, que es falso que se hayan abierto las compuertas para generar electricidad porque no había agua suficiente para ello. El problema, dicen, es que no llueve.