Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Las lluvias vuelven a inundar la misma parroquia de Oia que hace un año

M. Torres / A. Martínez

GALICIA

El desbordamiento de un río depositó toneladas de escombros junto a la gasolinera de Viladesuso

22 nov 2007 . Actualizado a las 15:37 h.

Una nueva riada volvió a sorprender hacia las siete de la tarde de ayer a los vecinos del municipio pontevedrés de Oia. La misma gasolinera de la parroquia de Viladesuso que el 22 de octubre del año pasado quedó completamente arrasada por el aluvión volvió a sufrir las consecuencias de unas lluvias que, según los vecinos, no fueron demasiado intensas.

La canalización subterránea del río Seco a su paso por dicha estación de servicio y la carretera de la costa que une las localidades de Baiona y A Guarda no aguantó el aumento del caudal y acabó reventando arrastrando toneladas de piedras, fango y troncos de árboles hacia los surtidores. El suceso asustó a los operarios de la gasolinera porque el aluvión llegó de golpe, sin que casi les diera tiempo a reaccionar, nada más estallar la tapa del sumidero. El desbordamiento provocó también daños en una vivienda que está situada junto a la gasolinera. El agua rodeó el inmueble y penetró dentro de la finca y del garaje, afectando a diversa maquinaria que estaba guardada en su interior, según relató el propietario.

Minutos después del incidente, y al igual que sucedió hace un año, agentes de la Guardia Civil desviaron la circulación de los vehículos por el interior de la gasolinera porque la carretera estaba impracticable en ese punto.

Una brigada de Protección Civil de Tomiño también acudió al lugar para participar en las labores de control. El Ayuntamiento desplazó tres máquinas retroexcavadoras para retirar los escombros.

Vecinos indignados

El alcalde de Oia, Alejandro Rodríguez, se presentó en el lugar, así como numerosos vecinos, que no ocultaron su indignación al pensar que este nuevo incidente podía haberse evitado si hubiese estado limpio el caudal del río. Otra de las causas que se apuntaban para explicar lo sucedido ha sido que, tras las inundaciones del año pasado, se conectaron varios regatos al río Seco, con lo que aumentó en más de un treinta por ciento su caudal.

El desbordamiento de ayer ha vuelto a generar una gran preocupación entre los vecinos de Oia, que hace poco más de un año sufrieron una de las peores inundaciones de su historia. A doce kilómetros de distancia, en el municipio vecino de Baiona, también cayeron lluvias con gran intensidad. Allí no ocasionaron ningún tipo de inundaciones, pero también se despertó el temor entre muchos de sus vecinos.

Algunos residentes de Camino Chico, la calle del municipio baionés que resultó más afectada el año pasado, reconocieron que no pudieron dormir en toda la noche a causa de la tromba de agua que cayó.