Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

«El alcalde que no para una obra ilegal solo aplaza y acrecienta el problema»

GALICIA

Caride asume que la ordenación del territorio sigue siendo una «asignatura pendiente» y aboga por que la sociedad «valore un urbanismo responsable y no depredador»

25 nov 2007 . Actualizado a las 02:03 h.

santiago | Llegó a la Xunta con un marcado perfil técnico, pero dos años al frente de la consellería con mayor presión política han valido a María José Caride para afilar un discurso en el que adereza las llamadas a la responsabilidad con referencias críticas al Gobierno anterior.

-Ya han pasado seis meses desde la entrada en vigor de la ley que prohíbe de forma transitoria edificar a menos de 500 metros del mar. ¿Han percibido una respuesta social positiva a esta medida y a la apuesta por ordenar el territorio?

-Creo que sí. Los ciudadanos se dan cuenta de que era necesaria, de que había entornos de nuestro litoral que se estaban degradando y que había que ordenar todo el territorio en general, pero sobre todo el más sensible y donde mejor nos identificamos. Ahí notamos respaldo social.

-Hay un sector empresarial que ve excesivos dos años de veda del ladrillo y pide acelerar el plan del litoral.

-A todos nos gustaría que el territorio estuviera mejor ordenado desde antes. No se hizo, y ahora tenemos que tomar medidas para planificar y no encontrarnos situaciones irreversibles. Intentamos acelerar al máximo el proceso, pero no es una tarea sencilla. Se trata de que dentro de esa franja no se permitan nuevas urbanizaciones sin control, al amparo de planeamientos obsoletos. La Xunta debe hacer su trabajo y los concellos, desarrollar un urbanismo responsable y adaptar sus planes, para no hipotecar su futuro al amparo de planeamientos obsoletos.

-De ahí que insista en apelar a la implicación municipal.

-La nueva campaña de concienciación va en la misma dirección. Ordenar el territorio es una asignatura pendiente. Implica un compromiso político claro que no hubo hasta ahora y debe involucrar a toda la sociedad. Los responsables políticos somos los primeros que tenemos que enviar un mensaje a la sociedad y tomar medidas. Pero queremos que la sociedad, que ya es madura y moderna, se sensibilice y valore un urbanismo responsable y no depredador.

-Pero muchos alcaldes miran para otro lado ante las órdenes de la Xunta para paralizar urbanizaciones. Y, a menudo, se encuentran con sentencias que contradicen al Ejecutivo.

-Cada vez hay más sensibilidad. Las suspensiones o anulaciones de planeamiento por sentencias judiciales en los últimos años ponen en cuestión el patrimonio de los que invierten, los ciudadanos. No es un entorno de seguridad jurídica. Cuando los ciudadanos invertimos, queremos la seguridad de que lo hacemos en condiciones legales. Ese sentir contribuye a que los alcaldes sean cada vez más cuidadosos con sus decisiones. Algunos tiran hacia delante y no paralizan la obra ilegal, porque la Justicia a veces es lenta, pero solo aplazan y acrecientan el problema.

-Los alcaldes se quejan de las trabas para hacer planeamiento. ¿Tendrá el Instituto de Estudos do Territorio los medios para facilitar esa tarea?

-Lo dotaremos de medios humanos y técnicos para ayudar a los concellos. El objetivo es que la Xunta no sea el filtro final, sino conocer la evolución del plan y asesorarlos para que el resultado sea el que todos queremos.

-¿Cómo marcha el Plan Integral do Transporte?

-Está prácticamente finalizado. Va a definir la red viaria de articulación territorial para garantizar que nos podamos mover con más seguridad por un territorio cohesionado. Definirá las variantes para los núcleos con densidades de más de 4.000 vehículos y las condiciones de conservación, mantenimiento y seguridad de nuestras carreteras.

-¿Aliviará el plan de transporte metropolitano los atascos de entrada a Vigo y A Coruña?

-En los entornos más urbanos necesitamos infraestructuras y accesos, y potenciar el transporte público. Queremos que el 2008 sea un año de apuesta decidida por el transporte público, que estuvo olvidado mucho tiempo. Vamos a modificar lo que entendemos por transporte metropolitano y mejorar la calidad del servicio, sin penalizar al usuario en el transbordo del transporte interurbano al urbano. Este es un país moderno y el transporte público es la alternativa de futuro.