Los agentes suspendieron la actividad por considerarla ilegal
02 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.Agentes de la Policía Autonómica se personaron el viernes por la noche en los centros culturales de dos parroquias de la comarca del Val Miñor y suspendieron los bingos de sendos centros culturales.
Según explicaron algunos de los presentes, las fuerzas de seguridad llegaron al primero de los establecimientos, en el barrio de Mallón, perteneciente a la parroquia de San Pedro de A Ramallosa, en Nigrán, poco después de las 22.30 horas. En ese momento, y según manifestaron los congregados, dos agentes, «muy respetuosamente, se dirigieron a la sala y dijeron que no pasaba nada, pero que el bingo quedaba suspendido porque es ilegal».
Minutos después, los agentes de la Policía Autonómica instaron a los participantes que quisieran a que dejaran sus datos antes de abandonar la sala. «Estábamos unas 250 personas jugando, por entretenimiento, sin hacer daño a nadie. La situación nos impactó, pero podían haber avisado antes y ya estaba», señalaba ayer uno de los asistentes.
La situación se repetía instantes después a unos cinco kilómetros, en Baiona. El segundo escenario era el centro cultural de la parroquia de Bahíña, donde cada viernes y, como en el centro de Mallón, se reúnen, principalmente personas de la tercera edad, «porque es una de las pocas alternativas que tenemos para disfrutar del tiempo libre, especialmente en invierno, y los premios son alimentos o, como mucho, algún pequeño electrodoméstico, que siempre nos hace falta».
En esta ocasión, dos de los agentes se hicieron pasar por jugadores, según narran los testigos, antes de poner punto y final a la actividad. «Pasámolo moi mal, porque polo menos había dez policías e nós non estabamos a facer nada malo», comentaba a la salida una de las asistentes.
Los dos episodios centraban ayer las conversaciones en las dos localidades limítrofes, especialmente en Baiona, donde esta actividad, con la que además apoyan su actividad las entidades culturales y las comisiones de fiestas, está muy extendida desde hace tres años. Entonces comenzó de forma tímida, y hoy en día se ha convertido en la principal alternativa de ocio para muchos vecinos de la comarca.
En bares y cafeterías era el tema central de conversación y, con expectación, se esperaba la noche para saber si la situación se iba a revivir en los otros bingos sociales. «Ao parecer o problema é que o cartón é de 30 céntimos e ten que ser de menos, pois que o poñan a 25 e xa está», manifestaban confiados.