Tras una semana empotrado en una vivienda de Pontevedra, el tráiler que se llevó la estructura por delante permanece aún allí
14 dic 2007 . Actualizado a las 14:47 h.De la mano del feísmo, en Galicia comenzaba a ser habitual el uso de la chatarra como elemento arquitectónico. Pero el ya clásico somier reconvertido en vallado del minifundio va camino de ser superado por el tráiler-columna. El impacto es tan llamativo a la vista, que el camión empotrado en una casa de Pontevedra hace ya una semana se ha convertido en lugar de peregrinaje.
Cientos de curiosos se agolpan a diario frente a la vivienda soportada ahora por la cabina del camión -tras llevarse por delante el pilar base de la estructura-, para inmortalizar la estampa con las cámaras de sus teléfonos móviles. Y podrán seguir haciéndolo hasta que las aseguradoras lleguen a un acuerdo.
Primero, fueron los técnicos municipales del Ayuntamiento de Pontevedra quienes determinaron que el único inquilino de la vivienda, un hombre de 66 años -que, desde entonces, duerme en un hotel- debía desalojarla. Después, se concluyó que toda la estructura debía ser apuntalada para evitar que la casa se desplomase al retirar el camión, cuya cabina ha sustituido como soporte al pilar que fulminó con el impacto del choque.
Ahora solo resta por determinar quién pagará toda la operación. Y es ahí donde entran las aseguradoras. El conflicto está servido. Aunque la asunción de la factura final está garantizada, se abre una pelea entre las compañías para ver quién la costea finalmente.
Adolfo Campos, del Instituto Atlántico del Seguro, arroja luz sobre el asunto. La vivienda estará, con toda probabilidad, cubierta mediante una póliza contra el impacto de vehículos en la casa, algo habitual en construcciones unifamiliares. Eso cubriría el importe de los desperfectos, tanto en el continente (la casa), como en el contenido (los bienes que se hayan podido destrozar como consecuencia del impacto).
Pero puede ocurrir que la compañía aseguradora de la vivienda reclame los gastos a la del camión, que se haría cargo entonces de la factura. Cabe, sin embargo, la posibilidad de una vuelta de tuerca más en todo este embrollo, con la que, además, el contencioso se topa con la Justicia. La salida de vía del camión fue causada por otro vehículo, así que la aseguradora del tráiler puede reclamar judicialmente el pago a la del coche contra el que colisionó.
Y así continúa condenado a permanecer allí el camión que desde ese día se convirtió en columna por accidente y en rareza arquitectónica, que se paran a fotografiar a diario cientos de curiosos.