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Un vecino alerta de los radares de tráfico en el Xallas

Xoán. R. Alvite

GALICIA

27 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Ni Internet, ni los GPS, ni tan siquiera los detectores ilegales de radares. El mejor sistema de información en estos casos sigue siendo el de toda la vida: un cartel con buena letra situado al lado de la carretera. Eso al menos es lo que debe pensar el vecino que durante estos días está dedicando parte de su tiempo libre a avisar al resto de automovilistas sobre los puntos de control de velocidad colocados por la Guardia Civil de Tráfico en algunas carreteras de la comarca del Xallas. La mayoría de los letreros han aparecido en varios tramos de la AC-400, que une Muros con Santa Comba, si bien algunos conductores dicen haberlos visto también en el vial que comunica esta última localidad con la capital de Galicia.

«Os letreiros aparecen e desaparecen misteriosamente nalgúns tramos. Eu vinos na recta da Pereira, en Ser e en Esmorode, e o certo é que coincidían en días onde había controles de radar», afirma un usuario habitual de la vía.

La opinión de los conductores sobre los polémicos carteles es variopinta y está muy dividida entre quienes apoyan la idea, la justifican e, incluso, la utilizan para arremeter contra las campañas de prevención de accidentes de la Dirección General de Tráfico (DGT): «Iso é o que ten que facer se realmente quere evitar accidentes, e non so recadar cartos», comentan muchos de ellos. Otros no dudan en calificarla como una simple chiquillada. «Está claro que ninguén se dedica a vixiar onde se pon a Garda Civil e despois pinta letreiros informando sobre os radares. Fixérono un día pola graza e aí quedou», es el argumento de los más escépticos.

En cualquier caso, las llamativas y, sobre todo, expeditivas señales pintadas con tinta roja sobre madera consiguen su objetivo y provocan que los automovilistas moderen su velocidad cuando las ven. «Eu non sei quen as pon, nin se os de Tráfico están controlando ou non, o que está claro é que cando está o letreiro os condutores collen medo e van máis lentos», precisa una vecina de Esmorode.