Los afectados lanzaron huevos y petardos contra el salón de sesiones, al que sí entraron militantes socialistas. La Federación de Vecinos y la Unión de Consumidores anuncian medidas legales contra el alcalde.
02 ene 2008 . Actualizado a las 13:11 h.Ni una sola persona, ni siquiera las que hacían cola desde las cinco de la mañana ante la puerta del Concello de Vigo, pudieron acceder ayer al pleno municipal que aprobó el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM). Las dependencias permanecían cerradas a cal y canto y custodiadas por un fuerte dispositivo policial.
Oficialmente se vetó su entrada porque el salón de sesiones estaba lleno. Sin embargo, antes de que se iniciara la sesión un grupo de personas habían sido coladas por el alcalde por otra entrada secundaria. Entre ellas estaban militantes y miembros de la ejecutiva socialista, concejales de localidades vecinas como Alfonso de Lis, de Gondomar, y los diputados autonómicos Manel Gallego y Abel Losada. Aun así, quedaban libres una decena de asientos, que no llegaron a ocuparse.
Indignación
La indignación era patente incluso entre algunos agentes de la Policía Local tras comprobar que mientras por un lado ellos cumplían órdenes e impedían la entrada a la propia presidenta de la Federación de Vecinos (que agrupa a 30 asociaciones), Elena González, por otro se abría una puerta. La dirigente vecinal anunció la presentación de una denuncia en el juzgado por lo ocurrido y advirtió sobre la posibilidad de pedir la dimisión del alcalde. También estudia acciones legales la Asociación Profesional de Peritos Inmobiliarios de Galicia, a cuyo presidente, Carlos González Armada, se le impidió igualmente el acceso, pese a representar jurídicamente a la Unión de Consumidores de Pontevedra.
Otro que permanecía en el exterior del Concello era Javier Garrido, presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Pontevedra, que ante tal panorama ni siquiera intentó el acceso y permaneció en el exterior del Concello durante toda la mañana.
La actitud del alcalde, de la que sus socios del BNG se desmarcaron en el último minuto del pleno solicitando una investigación de las irregularidades, fue respondida por medio millar de vecinos desde la calle con el lanzamiento de docenas de huevos y petardos contra el salón de sesiones, cánticos, caceroladas, pancartas y hasta una hoguera para caldear aun más el ambiente. El suceso se saldó con el estallido de un par de cristales en las oficinas de la Policía Local.
Piden la lista de asistentes
La situación provocó la protesta del PP, que pidió una reunión de la junta de portavoces y que se le facilitara la relación de asistentes, ya que todos lucían la acreditación que expide la Policía Local.
Si algo confirmó ayer el pleno de aprobación provisional del Plan Xeral de Ordenación Municipal fue la brecha social que ha generado el documento. Legalmente ya solo está pendiente del informe vinculante de la Xunta, tras el cual podrá entrar en vigor después de su aprobación en el pleno de ayer por la mayoría absoluta justa de sus concejales, los 14 ediles de PSOE y BNG, mientras los 13 del PP lo hacían en contra.
A partir de ahora todo queda pendiente de lo que decida la Consellería de Política Territorial, que en enero pasado bloqueó la aprobación realizada en mayo del 2006. Entonces estaba al frente del Concello la alcaldesa del PP Corina Porro, cargo que cedió en mayo al socialista Abel Caballero. En la actual situación política es poco probable que se repita una medida de estas características. La decisión de este último de duplicar el suelo destinado a vivienda protegida, que ha pasado del 22 al 43%, ha multiplicado el número de colectivos que se oponen al PXOM.
Esta medida, a juicio de la oposición, provocará que los terrenos de los pequeños propietarios de la zona rural pierdan la mitad de su valor y es la causa, según el PP, de que lo rechace la federación vecinal, además de la inseguridad jurídica que la entidad teme en un futuro. También se habrían producido modificaciones en la calificación de zonas concretas como Alfageme, Chan do Labrador, Samil, etcétera.
En cualquier caso, ayer el fondo de la cuestión pasó a un segundo plano ante las formas del alcalde vigués. «Denigrante», «antidemocrático», «vergonzoso», «atraco» y «fraude» fue lo más suave que se oyó entre el público que no pudo asistir a la sesión y que a su término abucheó a los privilegiados que consiguieron acceder al pleno, mientras que los políticos se hacían los remolones para evitar incidentes. Para la presidenta de la Federación de Vecinos «solo demuestra la catadura de los representantes políticos».