Más de 7.000 personas acudieron a Lalín a despedir a Xosé Cuíña

GALICIA

Miles de lalinenses visitaron la capilla ardiente instalada en el salón de plenos del consistorio

31 dic 2007 . Actualizado a las 12:59 h.

Lalín se convirtió ayer en epicentro político en las exequias de Xosé Cuíña Crespo. Más de 7.000 personas, según los datos aportados desde el Concello, acudieron durante toda la jornada a despedir al ex conselleiro de Política Territorial y una de las figuras clave en los últimos tres lustros de la política en Galicia. Cuíña Crespo falleció el pasado viernes en el Hospital Clínico de Santiago. Su cuerpo fue velado en la intimidad por la familia hasta la mañana de ayer, cuando sus vecinos pudieron darle el último adiós en el salón noble de la casa consistorial lalinense, antes del traslado del féretro para su inhumación en el cementerio parroquial de Prado.

Desde las diez de la mañana fue constante la afluencia de lalinenses que quisieron testimoniar sus condolencias a la familia. Pero junto a sus paisanos, a la capilla ardiente llegaron decenas de representantes de todo signo político. Entre ellos, el presidente del PP, Mariano Rajoy, y del partido en Galicia, Alberto Núñez Feijoo, así como el ex presidente de la Xunta, Manuel Fraga. Todos destacaron la cercanía al pueblo de Cuíña y su compromiso con Galicia.

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, acudía a las 12.30 horas junto a la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, y la conselleira de Política Territorial, María José Caride. Touriño elogió su vocación de servicio público por Galicia. Del Gobierno gallego también acudieron conselleiros del BNG, como los de Industria, Fernando Blanco, y Medio Rural, Alfredo Suárez Canal.

El aparcamiento habilitado por el Concello lalinense en las inmediaciones del edificio municipal se quedó pequeño para albergar tantos coches oficiales. La llegada de políticos y representantes del mundo empresarial fue constante durante toda la mañana. Las colas fueron la tónica dominante durante las horas que estuvo abierta la capilla ardiente, hasta las cuatro de la tarde. En la mayoría de los casos gente anónima, vecinos y amigos de Pepe, como era conocido por todos. Y entre los numerosos compañeros en las lides políticas, quien fuera uno de los barones en el PPdeG como Cuíña, asistía José Manuel Romay Beccaría. Se refirió al ex conselleiro como «un chaval» que luchó «por nuestra tierra, nuestro partido y por sus ideas». Resaltó de su figura «su carácter de luchador, de emprendedor» del que, dijo, fue «un hombre de ilusión que se entregó por su causa, por sus ideas, por Galicia», «nai e señora», como gustaba resaltar siempre en sus discursos Cuíña.

La presidenta del Parlamento de Galicia, Dolores Villarino, subrayó la «bonhomía» de Cuíña, al que afirmó recordar como «boa persoa, amigo dos seus amigos» y al que le reconoció «a súa entrega a Galicia». Por su parte, el delegado del Gobierno en Galicia, Manuel Ameijeiras, quiso centrarse en la vertiente humana, calificando al político de Filgueira de «persona amable, cariñosa», al que recordará con «el mejor de los cariños y sentimientos».

La emoción embargó a muchos lalinenses durante su estancia en la capilla ardiente. Cuíña había luchado por situar a Deza como estandarte en Galicia. Y quisieron reconocerlo con su asistencia masiva a unas exequias que se cerrarán con un funeral el día 2, a las 17 horas, en la iglesia parroquial de Lalín.