El Parlamento aprueba eliminar la simbología franquista de los edificios públicos

EFE

GALICIA

Fue aprobada con los votos en contra del PP.

26 mar 2008 . Actualizado a las 16:57 h.

El Parlamento gallego acordó hoy instar a la Xunta a que elimine de todos los edificios públicos dependientes de su administración la simbología franquista y a que promocione la supresión de nombres de edificios que hagan referencia a personas representantes o partidarias de la dictadura.

La Cámara autonómica vivió esta mañana con intensidad las intervenciones producidas a raíz de una iniciativa del BNG sobre la supresión en los centros educativos y demás edificios públicos dependientes de la administración de toda la simbología y nombres relacionados con el franquismo, que incorporó una enmienda del PSOE y fue aprobada con el voto en contra del PP.

El nacionalista gallego Manuel Parga criticó que al PP le «siga costando condenar» el franquismo porque «algunos parece que proceden y conviven con ese legado», unas palabras que agitaron el debate parlamentario y que motivaron la petición de los populares de que las retirara.

La defensa de la iniciativa por Parga se basó en que no es «comprensible ni aceptable» que centros educativos conserven nombres como Francisco Franco, Carmen Polo o Ibáñez Martín, ni que el Hospital Juan Canalejo de A Coruña tenga el de un jefe falangista.

Esto es una «anormalidad» y «no puede seguir la pasividad por más tiempo» en la persistencia de estos nombres, alegó el nacionalista, para quien esta proposición «no va contra nadie sino a favor de la dignidad de todos», por lo que apeló a su respaldo unánime.

Lo mismo hizo la socialista Beatriz Sestayo al afirmar que el Parlamento gallego «no puede ser un lugar de rechazo de derechos esenciales» y «nadie puede privar a nadie de su dignidad», antes de explicar la enmienda de su grupo sobre la colaboración de las administraciones implicadas, especialmente los Ayuntamientos, en la eliminación de estos nombres.

Críticas del PP

Sin embargo, para el popular Agustín Baamonde la intervención de Parga es «sectaria» por basarse en la defensa de unos principios y el rechazo de otros, y además «innecesaria» por pedir al Gobierno que asuma unas competencias que ya tiene. «Aquí existen dos gobiernos diferentes y una parte tira de las orejas a la otra» por no ejercer sus competencias, subrayó.

Tras criticar que los socios de Gobierno «no son fiables» para alcanzar ningún consenso y apuntar su «oportunismo político», defendió que el ideario del PP «entronca con los principios de la Constitución».

Insistió en que la iniciativa del BNG es «rácana, sectaria y confusa» y lamentó que siembre «cizaña» para enfrentar los españoles al grupo popular.

En el turno de posicionamiento, Parga se dirigió a Baamonde para decirle que promueve un «falso debate» y el «despiste» porque no se está hablando de la «contraposición de principios sino de la defensa de los valores democráticos, la dignidad y la libertad«.

«Algo que les sigue costando condenar a ustedes porque algunos parece que proceden y conviven con ese legado», le espetó a los populares, a quienes acusó de que «les vale todo porque no asumen los principios democráticos». «Deberían desprenderse de la losa que les impide condenar el franquismo», prosiguió.

El portavoz parlamentario del PP, Manuel Ruiz Rivas, pidió que Parga retirara dichas afirmaciones y su homólogo nacionalista Carlos Aymerich lamentó que los populares se nieguen a condenar el franquismo, ante lo que intervino la presidenta de la Cámara Dolores Villarino, para pedir a los diputados que «mantengan la compostura» y lamentar estos «niveles de crispación».

Por su parte, Parga pidió intervenir para decirle a Ruiz Rivas que «no tergiverse» sus palabras porque lo que dijo y no retirará es que «algunos parece que tienen sus raíces y en convivencia con el franquismo por su contumaz empeño en negarse a cambiar esta simbología y en negarse a condenar lo que es condenable bajo cualquier tipo de principio democrático».

Antes de votar, los tres grupos pidieron la palabra para volver a posicionarse y, en el caso del PP, Baamonde lamentó que a nombres como el de Manuel Fraga o Adolfo Suárez se ponga ahora «en tela de juicio su valor democrático» y que no figuren como nombre de ningún edificio.