Un coruñés con trabajo en Santiago y que no utilice la autopista pierde en el coche 8,5 días cada año
06 abr 2008 . Actualizado a las 14:36 h.«Está en redacción el estudio previo del nuevo corredor alternativo a la actual N-550, afectando al itinerario A Coruña-Vigo», reveló el Ministerio de Fomento, a través del Boletín Oficial de las Cortes Generales, el 26 de septiembre del 2006. Y regresó sobre este tema el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, el pasado 27 de marzo, cuando anunció el anteproyecto de variante entre Sigüeiro y Padrón en clave de germen de un futuro eje atlántico moderno, amplio y de uso gratuito. Se convertirá en realidad «a medio prazo», apostilló. Entretanto, viajar en coche desde la torre de Hércules hasta Balaídos equivale hoy a perder tres horas largas sobre el asfalto. A eso o a emplear la AP-9, que, grosso modo, es más del doble de rápida, pero casi el triple de cara.
Decenas de miles de gallegos circulan diariamente por dicha carretera nacional, hasta 45.700 en algunos puntos, según datos de la Dirección General de Tráfico. Dado que las padecen, ellos saben bien de sus estrecheces, de su saturación, de su trazado sinuoso. La Voz pudo comprobar este jueves que recorrer los 156,5 kilómetros existentes entre la estación de autobuses coruñesa y la viguesa plaza de España requiere, sin computar las paradas, 184,6 minutos de paciencia y acomodarse a un ritmo de conducción exasperante, más propio de travesías urbanas: 50,8 kilómetros por hora.
En cambio, realizar el mismo desplazamiento utilizando la autopista del Atlántico permite al piloto un ahorro de tiempo del 53,9%, como puede apreciarse en el gráfico. O sea, se dejan de perder 103,1 minutos, aproximadamente, lo que dura un partido de fútbol, descanso y descuentos incluidos. La clave no reside tanto en la reducción de la distancia de origen a destino, pues el recorte apenas roza los 1.200 metros, como en el incremento de la velocidad media alcanzable (114,3 por hora).
La elección: 8,1 o 22,5 euros
Entonces, ¿por qué la N-550 y su prolongación natural, la 552, rebasan con holgura a la AP-9 en volumen de tránsito? Cuestión de dinero. A bordo de un turismo diésel con 70 caballos, trasladarse de la ciudad herculina a la olívica por la primera vía vale lo que cuestan 7,19 litros de gasoil estándar, al cambio, 8,13 euros. Sin embargo, al hacerlo por la segunda, el gasto en combustible se dispara hasta los 10,54, que, agregados a los 12 euros que cobra la concesionaria Audasa en concepto de peaje por automóvil ligero, totalizan 22,54, esto es, casi el triple.
Hablando de vehículos pesados, la comparación incluso abruma. Un camionero que venga y vaya de A Coruña a Vigo por la autopista cada jornada laborable se deja, solo en las cabinas de pago, un promedio de 1.139,6 euros mensuales, de acuerdo con la tabla de tarifas en estos momentos vigente. Esa suma viene a representar lo que perciben conjuntamente a la semana ocho trabajadores con el salario mínimo interprofesional como nómina.
Un ejemplo más común: un vecino de María Pita pertenece a la plantilla de la Administración autonómica en el complejo de San Caetano (en Santiago), para moverse recurre al coche particular, duerme siempre en casa y libra sábados, domingos, los festivos legalmente asignados y, por vacaciones, un mes a mayores. Según las cifras recabadas durante el estudio elaborado el jueves por este periódico, al cabo de un año, a ese trabajador se le presenta la siguiente disyuntiva: pasar al volante 27.776 o 15.624 minutos, desembolsar 4.062,24 o 1.503,2 euros; dicho de otra manera, ganar para su ocio 8 días y 10 horas o evitar un abono de 425.800 pesetas. ¿AP-9 o N-550? Por ahora, no existe más alternativa que esa.