La declaración del brigada Campillejo sugiere que llevaban tiempo con problemas de máquinas en el buque. De hecho, seis días antes del accidente, señala en su declaración previa a la realizada ante el tribunal, la fragata salió a la mar con personal de Navantia y del Ramo de Máquinas (sección especializada del Arsenal Militar de Ferrol, base de la 31 Escuadrilla de Escoltas a la que pertenecía la Extremadura ) «para comprobar el buen funcionamiento del panel de control» y de una válvula de alimentación automática que había fallado.
Este suboficial explica también que el cabo primero Pérez Castrillón y el marinero Noval Gómez, los dos fallecidos, estaban destinados en el sistema de funcionamiento automático de la sala de máquinas. El cabo para comprobar que las temperaturas y presiones de los aparatos funcionasen correctamente, y el marinero para hacer constar en el estadillo los valores que se van tomando periódicamente.
«La tablilla de ese día fue buscada por el personal de la Segop y no la encontraron», dice. Sugiere que «se destruyó con la explosión», pero otros tripulantes sostienen que fue entregada a la mañana siguiente a un oficial. Se trata del polémico documento o tabla de valores desaparecida.
El brigada dice también que había una importante escasez de personal en el buque por lo que se solicitó un refuerzo de la guardia de arranque «por seguridad».