La fiscala pide nueve años de cárcel para el conductor de un bus por abusos sexuales a una discapacitada
GALICIA
La Fiscalía de la Audiencia Provincial de A Coruña solicitó ayer nueve años de cárcel para un hombre de 58 años acusado de abusar sexualmente y de forma continuada de una de las jóvenes que trasladaba en el autobús escolar al centro de discapacitados psíquicos de Val do Dubra. En enero del 2006 la chica, de 22 años y que sufre un retraso mental moderado, con daños neurológicos que anulan y deterioran de forma importante sus facultades, se quedó embarazada, tal y como descubrió su madre semanas después.
La letrada de la acusación particular, Cristina Martínez, elevó la petición a diez años de prisión y coincidió con la fiscal en reclamar 18.000 euros de indemnización a la firma responsable del transporte. El abogado de la defensa, José Luis Prieto, solicitó la libre absolución y alegó que el hombre sufre disfunciones neuropsicológicas.
El acusado inició su declaración asegurando que «el acto sexual consentido no es delito» y reconoció que había mantenido relaciones completas en una sola ocasión, a pesar de que ante la Guardia Civil y en la instrucción había confesado varios encuentros. Insistió además en que la víctima no es una persona discapacitada: «Está tan bien de aquí -dijo señalando la cabeza- como cualquiera de los presentes y no consiento que le llamen discapacitada», reiteró. Admitió además no sentirse culpable y declaró que había sido la joven la que se había desnudado, lo que calificó como «provocación».
Contradicciones
El acusado situó la relación sexual tras las vacaciones de Navidad -para lo cual habría modificado la ruta habitual-, aunque la forense indicó que el 13 de marzo la ecografía indicaba un embarazo de casi 8 semanas y la concepción se había producido hacia el 30 de enero. El procesado mantuvo que le había dicho a la chica que contase a su madre lo ocurrido, pero la víctima declaró que él la había conminado a guardar el secreto. «Me desnudó él, sin preguntar nada, y le dije que no quería y no paró», declaró.
Los peritos subrayaron que «no hay consentimiento porque ella no tiene capacidad para consentir» y calificaron de «fácilmente manipulable» a la joven.