Muros recauda fondos para que el organizador de la prueba de carrilanas en la que murió un joven indemnice a la familia
FERROL CIUDAD
El Grand Prix de Carrilanas de Esteiro es el pan y la sal de la diversión veraniega en este rincón de la ría y el municipio de Muros. La competición de los más variopintos vehículos sin motor congrega cada año a centenares de personas. Sin embargo, en el año 2000, esta desternillante carrera se tiñó de luto: un piloto falleció por las lesiones sufridas durante la prueba deportiva. La tragedia se tradujo, años después, en una sentencia judicial que, entre otros, obliga a Rodrigo Molinos, organizador de aquella edición, a pagarle casi 15.000 euros a la familia del difunto. Ahora, Muros quiere demostrarle a Molinos que no está solo.
Dado que se acerca el momento de hacer frente al pago, anteayer se celebró una simbólica asamblea en el municipio. En ella, representantes de veinte asociaciones locales tomaron la decisión de ponerse manos a la obra para que el citado vecino, directivo de la entidad que organiza la carrera, no tenga que rascarse el bolsillo.
De esta forma, lo primero que se decidió fue crear una plataforma. La intención es que este grupo aporte ideas suficientes para sacar fondos de hasta debajo de las piedras. No en vano, en la cita del domingo ya se planteó llevar a cabo un festival o incluso algún torneo deportivo.
Al saber de la solidaridad de sus paisanos, Molinos no pudo menos que emocionarse. Y no solo mostró su satisfacción por la parte que le toca, sino por el hecho de que todo el tejido asociativo muestre sensibilidad con un problema que trajo por la calle de la amargura a la entidad que organiza la prueba: «Alégrome tanto polo que significa para min como polo feito de que as asociacións sexan capaces de entender como propio o problema tan grave que tivo a Sociedade Cultural, Recreativa e Deportiva Esteirana». Y añadió: «Sería bo que este entendemento e compromiso non rematara con esta acción».
Y es que, tal y como ayer señalaba el propio Rodrigo Molinos, la sentencia que le obliga a él a pagar casi 15.000 euros también condena al Concello de Muros, la sociedad Esteirana y la aseguradora de la competición, el Banco Vitalicio, a indemnizar a la madre del fallecido, que en total recibirá 58.600 euros.
Jarro de agua fría
Ayer, en Esteiro también se recordaba que la sentencia condenatoria cayó como un jarro de agua fría en la Esteirana porque, en su día, el malogrado competidor y sus compañeros habían firmado un papel en el que se responsabilizaban de los daños que pudiesen padecer. El juzgado no le dio validez al documento y, ahora, con el pago de estas cantidades, podrá cerrarse la cicatriz que dejó aquel fatídico 15 de julio del 2000.