El aumento del precio del acero eleva los robos en cementerios

GALICIA

23 abr 2008 . Actualizado a las 14:25 h.

Más de la mitad de las lápidas del pequeño cementerio de Pastoriza, en Arteixo, aparecieron el pasado sábado sin sus placas identificativas. Unas semanas antes, el principal camposanto de este municipio también sufrió un saqueo similar. La Guardia Civil sospecha que detrás de estos hechos se esconde la misma mano. Una mano que aparte de ligera y nada religiosa, vive pendiente del precio del acero inoxidable, que anda por las nubes. No se explica de otra manera que las láminas de este material usado para identificar los nichos sean ahora tan codiciadas por los rateros. Fuentes de la Guardia Civil lo achacan al incremento del valor de este material en los últimos días.

Las chatarrerías tienen hambre de acero inoxidable. Pagan el kilo a precio de oro. Algunas llegan a ofrecer un euro y medio. Si nos fiamos de este precio, el autor de los robos en los cementerios de Arteixo pudo haberse embolsado unos 200 euros. Si lo hubiese hecho hace un año no habría obtenido más de cien.

Pero en los cementerios de Pastoriza y Arteixo no solo se arrancaron placas. En este último desaparecieron la mitad de las anillas de las lápidas. Tampoco hicieron ascos a los marcos. Todo en acero inoxidable. Y fácil de desmontar. Primero, porque la gran mayoría de los cementerios permanecen cerrados durante la semana, sin vigilancia. Y segundo, porque un simple destornillador sirve para despegar las placas y demás adornos en cuestión de segundos.

Aumento de un 30%

El ex alcalde de Arteixo y empresario del sector del metal, Manuel Pose, asegura que el precio del acero inoxidable creció un 30%, de ahí que no le extrañe que los delincuentes estén tan apegados ahora al robo en cementerios, donde abunda este material. Explica que ese incremento se debe, principalmente, al mercado chino, que importa casi todo el metal que produce o genera España.

Todo ese botín es vendido en las chatarrerías, un sector manchado por algunos pocos empresarios «con ningún escrúpulo» capaz de dar por buena una placa en las que figura el nombre de un finado, según fuentes policiales. A pesar de que están obligados a exigir el DNI a todo aquel que les venda material, abren la puerta de atrás del almacén para tratar con los rateros, a los que les compran, sobre todo, acero inoxidable, cobre y aluminio.

La chatarra se está pagando muy bien. El kilo de cobre alcanza los 3,80 euros, que se quedan en un euro en caso de que al chatarrero se le lleve el cable sin pelar. El aluminio está a un euro, el plomo a 1,10, el hierro a 16 céntimos, el níquel a 2 euros y el latón a 2,20. Si todo ese material se obtuvo de forma ilegal, el precio apenas baja.