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«O propio médico do Sergas foi quen me recomendou ir á consulta privada»

Susana Peña

GALICIA

A L.H. le diagnosticaron un desprentimiento de retina que exigía una operación de urgencia, pero cuando acudió a un hospital coruñés le dijeron que tendría que esperar

08 may 2008 . Actualizado a las 15:21 h.

Está al corriente del problema que arrastra la sanidad gallega con las listas de espera y la saturación en las urgencias hospitalarias. Lo ha leído en la prensa e incluso ha vivido ya alguna demora en las citaciones. Pero lo que le ocurrió a L.?H., de 51 años, la semana pasada sobrepasó todos los límites. Al menos, para su salud. De boca del propio médico que lo atendió en el Sergas llegó a escuchar que si quería salvar la visión de su ojo, debía acudir con la mayor rapidez posible a una consulta privada.

Su periplo sanitario comenzó el pasado viernes, cuando L.?H. notó que perdía algo de visión en el ojo izquierdo mientras trabajaba, en A Coruña. «Empecei a ver borroso e ata negro, e asusteime. Entón, os meus compañeiros mandáronme a urxencias». Una vez en el Hospital materno infantil Teresa Herrera -donde se encuentran las urgencias de oftalmología-, los médicos le trataron un ojo que ya estaba lleno de sangre, y le diagnosticaron un derrame interno. De allí, a su casa: «Dixéronme que tiña que esperar, que non podían verme ben o fondo do ollo, e enviáronme á casa», recuerda L.?H.

Sin embargo, una vez en su domicilio, su estado no mejoró y un par de días después de haber ido a urgencias, decidió acudir a un especialista privado: «Tiña medo, porque o 90% do que vía era negro e empeceime a asustar», asegura. El nuevo diagnóstico: desprendimiento de retina con desgarro gigante, lo que tenía una única solución: una operación de urgencia para no perder la visión del ojo izquierdo.

L.?H. volvió a urgencias, con la firme convicción de que, tras comprobar el informe que le remitieron en la privada, los médicos del Sergas no dudarían en ordenar su ingreso para someterlo a cirugía. Pero los problemas comenzaron a aparecer, y no todo transcurrió según lo que había previsto. Le confirmaron el diagnóstico del médico privado y corroboraron que debía operarse de urgencia. Pero lejos de la realidad, la indicación del médico fue muy distinta: debía volver a casa y esperar a que el Sergas le llamara para poder operarse, porque «o sistema é así». «Foi entón cando eu lles preguntei: ''¿Pero isto non é de urxencia?''. O médico díxome que ata podía chegar a perder a visión dese ollo se non me operaban, pero que tiña que esperar cita», cuenta L.H., que en esos momentos se mostró incrédulo ante lo que estaba escuchando en palabras del propio facultativo que atendía en la sanidad pública.

Lo más sorprendente, según relata, llegó momentos después cuando, sin saber qué hacer, L.?H. le preguntó al doctor adónde debía acudir para recuperar la total visión. Su respuesta fue tan increíble como cierta: «O propio médico recomendoume que fose rapidamente a operarme a unha consulta privada, que el polo menos así o faría se quería manter o ollo».

Tras esta inesperada recomendación, L.?H. no dudó en acudir a la consulta privada en el menor tiempo posible para someterse, no a una, sino a dos operaciones quirúrgicas, por las que tendrá que desembolsar algo más de 3.000 euros. «Non podía pensar en nada máis, todos os médicos que me atenderon aseguraban que se esperaba unhas semanas xa non ía servir de nada a operación», asegura ya más tranquilo después de la primera cirugía que tuvo buenos resultados y a la espera de que dentro de unas seis semanas pase por el quirófano por segunda vez. Del Sergas ya no espera ni que le envíen una cita con la fecha de la intervención: «No meu historial quedou recollido que marchaba a unha consulta privada, así que non creo nin que me teñan en consideración agora», afirma.

Reclamación

De lo que sí está seguro L.?H. es de que, en cuanto su recuperación se lo permita, acudirá a presentar la correspondiente denuncia o reclamación contra Sanidade, porque afirma sentirse decepcionado por el sistema: «É un dereito, a sanidade pagámola todos e o que non pode ocorrer é que, ademais de que chegas alí nervioso, che fagan esperar e encima che digan iso. E todo sen contar o esforzo económico que supón acudir a unha consulta privada».

Por su parte, desde el Complejo Hospitalario Juan Canalejo de A Coruña aseguran desconocer lo ocurrido hasta que no se presente una reclamación, momento en el que se iniciará una investigación para comprobar los hechos y determinar posibles responsabilidades. Confirman que el diagnóstico solo depende del facultativo, que es quien determina el nivel de urgencia de una patología. Aún así, defienden que todos los casos que llegan de esta forma para cirugía al complejo son siempre atendidos.

A pesar de lo que le ha ocurrido, L.?H. sigue apostando por la sanidad pública. «Eu nunca tiven maiores problemas co Sergas, si pasei o típico de esperas e demais, pero nunca como isto», asegura. No obstante, sí le pone condiciones: «A pública, si, pero que funcione».