Dolor en los entierros de los dos jóvenes muertos en el accidente de Cartelle

La Voz

GALICIA

10 dic 2008 . Actualizado a las 02:25 h.

Dolor y rabia. Los sentimientos estaban ayer a flor de piel entre los vecinos de las dos pequeñas aldeas ourensanas de Sabuz (municipio de Cartelle) y Viveiro (Celanova), duramente golpeadas por la muerte de dos jóvenes vecinos en un accidente de circulación registrado en la madrugada del pasado lunes, cuando se desplazaban en coche junto a otros tres amigos a una discoteca de A Manchica.

A media tarde, y de forma casi simultánea, familiares, amigos y vecinos acompañaban los restos mortales de Marcos Álvarez González, de 17 años de edad, y Miguel Ángel Trigo Atrio, de 18, desde los tanatorios en los que se habían instalado sus capillas ardientes hasta las iglesias parroquiales, en las que se oficiaron los funerales.

Entre los asistentes se encontraban muchos jóvenes, amigos y allegados de las víctimas, todos muy afectados, que quisieron así dar su último adiós a los dos fallecidos, muy conocidos en la comarca debido a su afición por las motocicletas. De hecho, ambos tenían su propio ciclomotor, con el que iban a diario desde sus casas hasta Celanova, en cuyo instituto ambos estudiaban. Fue precisamente en esa localidad donde dejaron aparcados sus vehículos antes de subirse al coche siniestrado.

Dados de alta

Y mientras siguen estudiándose las causas que provocaron el accidente -se investiga si el coche circulaba a 170 kilómetros por hora en una curva con limitación a 100-, los tres supervivientes, el conductor y otros dos ocupantes, están ya en sus casas. El último herido, que viajaba en la parte de atrás del automóvil con los fallecidos, fue dado de alta ayer.